Hasta hoy no sabía que había sillas de jazz. Las hay de velatorios y de cine de verano. De iglesia muy pobre y de fiesta de barrio. Cuando descubrí la foto en una de esas búsquedas caóticas que uno realiza cuando enciende el ordenador sin un propósito fijo, escuchaba a Clifford Brown. Así que una de ellas es suya. La silla de Clifford Brown. Las otras dos no tienen todavía dueño. ¿Miles Davis y Kenny Dorham?
.
.
2 comentarios:
Los políticos tienen sillones. Los músicos de jazz sillas desmontables. That's life.
Y los obispos de la Santa Madre Iglesia sillones historiados. Son grados.
Publicar un comentario