"Lo que en el timo de la religión resulta definitorio consiste en prometer y, por consiguiente, esperar, algo que es de toda evidencia contra natura, a saber: la negación de la muerte y la afirmación de una felicidad plena y sin fisuras. ¿Hay quien dé más y más barato? Por esta razón nuclear y fantástica, y por algunos de sus corolarios, al timo religioso le ha cabiodo el honor, en la historia de la humanidad, de ser el padre de los demás timos, y así el más pernicioso, pues su engaño descansa sobre el mito más irreal de todos cuantos se han generado en la mente humana: el mito de la existencia de almas y espíritus inmateriales como entes reales, y también de sus derivados, los dioses de los politeísmos, el Dios de los monoteísmos y también los espíritus de los panteísmos."
La religión ¡vaya timo! (Gonzalo Puente Ojea)
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