Hace mucho tiempo que perdí el enganche en Lost. Me entusiasmé en la primera entrega, pero luego hubo circunstancias disuasorias, capítulos que no entraban en el horario razonable, falta de espacio en el disco duro del ocio. Me cuentan que el deslumbre murió, aunque lo cuentan con la boca muy pequeña y unos ojos grandes y cansados por haber trasnochado frente al sacrosanto televisor metiéndose entre retina y corazón una temporada de golpe. Visto el panorama de las cadenas que exhiben estas series tan golosas, no tengo intención alguna de esperar a que el programador de turno dé paso al capítulo nuevo muchos días después de haber disfrutado del previo. Tampoco las cadenas de pago (cable, digital +) merecen todos los elogios porque la adicción (me pasó con 24 o con Los Soprano) no conoce dilaciones y, aunque los horarios sean escrupulosamente respetados y no haya interrupciones mercantiles que te desconecten de la trama, la dosis de HBO o de Fox (pongo por caso) no sabe esperar una semana. ¿La solución? Delinquir en plan amateur, en privado, es un decir, o ir por ahí solicitando favores de quienes delinquen por ti o te graban de esos canales la paciente lista de capítulos y te ofrecen la golosísima caja de cedés con temporadas enteras en altísima calidad. Partners in crime, que dicen los ingleses. Así que estoy a la espera de algún samaritano cercano (los hay, los conozco) que me entregue de golpe las temporadas dos, tres, cuatro y cinco de los héroes y los villanos de la historia del sr. Abrams. Sí, lo sé: todo está impecablemente exhibido en centros comerciales dispuesto a ser vendido, pero quién apoquina la escandalosa cifra del canje entre seguir in albis en la historia de los perdidos y saber (ay) qué pasa, quién mueve los hilos, dónde están los dioses propicios del deslumbramiento.
4.3.09
Lost, literalmente
Hace mucho tiempo que perdí el enganche en Lost. Me entusiasmé en la primera entrega, pero luego hubo circunstancias disuasorias, capítulos que no entraban en el horario razonable, falta de espacio en el disco duro del ocio. Me cuentan que el deslumbre murió, aunque lo cuentan con la boca muy pequeña y unos ojos grandes y cansados por haber trasnochado frente al sacrosanto televisor metiéndose entre retina y corazón una temporada de golpe. Visto el panorama de las cadenas que exhiben estas series tan golosas, no tengo intención alguna de esperar a que el programador de turno dé paso al capítulo nuevo muchos días después de haber disfrutado del previo. Tampoco las cadenas de pago (cable, digital +) merecen todos los elogios porque la adicción (me pasó con 24 o con Los Soprano) no conoce dilaciones y, aunque los horarios sean escrupulosamente respetados y no haya interrupciones mercantiles que te desconecten de la trama, la dosis de HBO o de Fox (pongo por caso) no sabe esperar una semana. ¿La solución? Delinquir en plan amateur, en privado, es un decir, o ir por ahí solicitando favores de quienes delinquen por ti o te graban de esos canales la paciente lista de capítulos y te ofrecen la golosísima caja de cedés con temporadas enteras en altísima calidad. Partners in crime, que dicen los ingleses. Así que estoy a la espera de algún samaritano cercano (los hay, los conozco) que me entregue de golpe las temporadas dos, tres, cuatro y cinco de los héroes y los villanos de la historia del sr. Abrams. Sí, lo sé: todo está impecablemente exhibido en centros comerciales dispuesto a ser vendido, pero quién apoquina la escandalosa cifra del canje entre seguir in albis en la historia de los perdidos y saber (ay) qué pasa, quién mueve los hilos, dónde están los dioses propicios del deslumbramiento.
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7 comentarios:
Hola, soy Rafa, que hace tiempo que no paso por aquí. En Lost no hay nada que hacer; no me gusta ni un poquito así. Me gustó algo pero luego vi que me estaban tomando el pelo bien tomado, como decimos en nuestra tierra. Lo siento, compañero de fatigas cinematográficas. Desde luego estoy a tu disposición para otros asuntos. Saluditos.
Hay que verla de corrido, con tiempo, no con los anuncios y los parones de la televisión, pero no podemos hacer otra cosa que... delinquiiiiiir. Ya se acabarán las vacas gordas y tendremos que ir a pastar al katmandú....
Lost no solo es la mejor serie de televisión (The Prisoner aparte) de la historia, sino probablemente ninguna pelicula de los ultimos 20 años llegue a su nivel.
¿Que el deslumbramiento murió?
No, no murió, sigue ahí para el que sepa apreciar la magia de la serie.
Sabes que prefiero digerirla poco a poco, dejando que pase una semana entre una tríada y otra. Y también yo, en la tercera temporada, me sentí decepcionado, hasta que los últimos tres capítulos devolvieron la esencia primigenia de la serie. Es brillante casi siempre, cosa difícil si hablamos de película de 20 horas (lo que más o menos dura cada temporada). Y a veces la propia trama no sabe dónde va, de ahí su encanto, al ser capaz de encontrar pasadizos para continuar adelante.
El decálogo del buen guionista exige que el final se sepa antes que el principio. Estoy convencido de que el final de "Lost" fue escrito hace años y ahora están rellenando el pavo para que sepa mejor. A mí, como a Mycroft, me parece una de las mejores series de la historia de la televisión. Al menos, merece el beneficio de la duda, Emilio. Concédeselo.
Me parece indecente lo que algunos espectadores piden de Lost, que despeje toda duda, que aclare todo enigma, y que mantenga el interes y el misterio.
No me imagino a esos mismos gritandole a H.G. Wells ¡Al grano, al grano! O exigiendo a Poe que sea menos ambigüo y nos diga claramente lo que pasa.
Siempre eres bienvenido, Rafa. No creo que tomen el pelo. Yo perdí el hilo y ahí se pierde el interés del todo.
Paco L., soy de tu opinión. De corrido, en una tacada. Lo del katmandú, pues eso, en el Katmandú...
Mycroft, no conozco The prisoner, primero. Después: el nivel cinematográfico de los últimos veinte años, por ejemplo, da para competir con Lost, pero reconozco el enganche, que yo perdí (insisto) por circunstancias y que estoy DESEANDO recuperar. El deslumbre está, claro, está y puede crecer...
Álex, eso de que la trama se esconda, aparezca, se diga, se desdiga, bucee y tome aire, en fin, eso es lo que le da vida. Las series americanas tienen vida. El cine, cómo no, siempre la tuve, pero en parte en la televisión está el futuro que a veces en las salas oscuras no vemos. A ver si Mycroft va a llevar razón, el hombre.2o horas son muchas horas, no lo había pensado...
Segundo comentario de Mycroft: Poe, Wells: sí, no me imagino yo con esas exigencias a los que degusten los cuentos y las historias de esos dos autores. En nada reprochable el argumento...
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