De pájaros que se buscan en un espejo y sostienen en esa mirada huidiza como de no saber entender qué están viendo el peso del mundo. Dura una brizna, apenas un chasquido en el baile del tiempo, pero al pájaro se le manumite su condición de pájaro y se le concede otra, no podemos aventurar cuál, tal vez parecida a la nuestra, igual de frágil, quién sabe. Está resuelto en sí mismo, descifrándose. Sus ojos de pronto reveladores conciben las dimensiones del universo en el reflejo que producen. No hay engaño ni se comisiona de hechizo la noticia de esa identidad súbitamente entregada. Luego alzará el vuelo. Entrará en la costumbre del aire y hará los prodigios que suele, a los que no da mayor importancia. Es su cara en el espejo la que le dará zozobra y desconsuelo. Ha adquirido, sin que lo sepa, el mimbre de la tragedia, su metafísica y su certeza. El pájaro se ha dotado de alma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Las cuentas del poeta
Un hombre abre con desmesura sus ojos hasta que arde. El fuego ocupa la tarde que bulle como un beso novicio. Este desnudo en mitad de un su...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
1 comentario:
Muy buena tu entrada
Me encanta como escribes
Saludos desde el silencio de Miami
Publicar un comentario