7.10.17

Yo soy muchos


Se heredan de los padres cosas que nunca dejarán de pertenecernos. Por más que agraden o  incomoden no hay manera de que puedan borrarse. Uno es esa suma azarosa de registros a los que no puede aplicar gobierno alguno. En cierto sentido, somos muchos en el recinto de nuestra cabeza. Ni siquiera muchos fiables y conocidos, sino muchos espontáneos, muchos impredecibles. De todos ellos uno mantiene la cordura, el anclaje a la realidad, la supervivencia diaria y el traje con el que nos vestimos cada día para hacer frente al correr de las horas. No debe ausentarse ése, precisamente ése, pero hay días en que no nos reconocemos, nos preguntamos dónde andará ese yo previsto por los demás, del que se tiene una impresión favorable, el que lleva años saludando cuando baja a tirar la basura o entra a trabajar con una sonrisa o abraza a los suyos con absoluto entusiasmo. Hay días en que no podríamos ubicarlo, sacar el mapa y decir es este, aquí va, volverá pronto. Hoy vi un gesto mío en mi padre. Fue un destello, de pronto reconocí que él era mi origen y mi provincia secreta. Fue algo tan sumamente íntimo que no podría ser explicado aquí a entera satisfacción del lector, una de esas cosas que ni siquiera uno mismo tiene en claro, pero que una vez que prorrumpen en la realidad no hay manera de apartarlas, de pensar que son de otro. Mi hijo, hace pocos días, confesó que un gesto suyo era de mi propiedad. No era uno pensado, ni considerado siquiera. Lo reprodujo la parte nuestra que hemos recibido en herencia. Quizá sea ésa la verdadera y las otras, las que interponemos al mundo cuando nos abalanzamos sobre él, sean impostadas, un poco mentidas, un poco forzadas. Nada malo, imagino. Todos somos muchos. Uno es tantos. Me marean los números. 


2 comentarios:

JLO dijo...

Son esas cosas, gestos, causalidades que nos unen y nos gustan tanto... Por lo menos a mi... A veces pienso en situaciones pequeñas de la infancia y empiezo a entender un poco mejor todo.. Saludos 🙋

Recomenzar dijo...

Mi pasado perfecto fue rosado en un pueblo de Dolores con una plaza sin árboles y en el medio un jardín
Me ha encantado tu texto abrazo

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...