Los cuentos de terror se adaptan a los tiempos. Lo que Rec 3: Génesis ambiciona es muy meritorio, habida cuenta de la extensa ( y bodriosa en su esencia) cartelera de films que apelan al terror plástico, al subidón adrenalítico que un buen zombi provoca en el espectador sensible. Aspira a abrir brecha en un mercado que está de vuelta casi de todo y que desprecia, por abuso, por la mediocridad de ese abuso, todo lo que suene a muerto viviente. En cierto modo, a pesar de la conveniente distancia entre George A. Romero y la pareja de Plaza y Balagueró, padres de estas dignas criaturas convertidas en jugosa franquicia, Rec (en su vértigo, en su desenfreno) se asemeja a La noche de los muertos vivientes. No es una afinidad narrativa, no pretende festejar la originalidad del cine de Romero bajo un prisma del esplendoroso (mediáticamente al menos) siglo XXI. Se emparenta con aquélla por su vocación transgresora, por innovar, por creer en el cine como un hijo de su tiempo, que se adapta a las fisuras de éste y que, en consonancia a lo que la realidad exije, renuncia a lo académico (Rec es un desparrame gore, Rec es Raimi filtrado por facebook) y se zambulle (gloriosamente) en la experimentación, en un ir más allá sin dejar de mirar jamás al legado de los maestros, sin abandonar un profundo amor al cine como una de las más nobles artes. Plaza y Balagueró aman el cine. Lo hacen de un modo discutible si el que enjuicia este enamoramiento es un sibarita del cinema verité, del Godard más críptico o de lo indie sin concesiones, pero una vez que se desembaraza uno de ese corsé a veces tosco con el que aprisionamos la mirada Rec es un divertimento disfrutable, un verdadero festín para el amante del género. Plaza (sin Balagueró) se da un homenaje en primera persona y acude a su imaginario particular, del que extrae piezas humorísticas (ese intruso de la SGAE, John Esponja o el mismísimo tono kitsch que preside la primera parte de la cinta) y piezas de un gore salvaje. Ahí cae el Raimi principiante en Evil Dead, sierras incluídas en el lote, o incluso el novicio Peter Jackson de Bad Taste, periodo pre-Tolkien. Plaza tira de sangre a tutiplén, no se arredra a la hora de descuartizar miembros y no abandona en ningún modo un cierto hilo cinético de la trama. Leí que pretendía que Rec fuese como una canción de los Ramones. Un, dos, tres, zumbando. El rock and roll de la hemoglobina. El circo máximo. La sensación de que estás asistiendo a una broma maravillosa. De hecho, al final, a pesar de este tono laudatorio, me pudo la idea de que es una película tan digna y consecuente como hueca y previsible. Que no será de ésas que vuelves a ver algún tiempo después. Por ver más cosas. Por entrar donde antes no supiste. Aquí se entiende todo a la primera. Se advierte desde el primer fotograma hasta el decibélico último que la cinta funciona en otro nivel distinto al corriente. En el mainstream habitual, en esa zona uterina en la que amas el cine casi por encima de todas las cosas, Rec es un verdadero fiasco. Uno de los mejores que me encontrado. Uno de un ritmo endiablado. Una especie de canción pop en la que se te queda el estribillo a la primera y la tarareas un fin de semana entero.
posdata: Bien por Plaza al dejar el recurso estilístico de la cámara en mano. Bien por elegir una boda como envoltorio de la trama. Bien por Leticia Dolera, esposa de Plaza, mutable en bicho con motosierra cuando (cual alien con un hijo en sus entrañas) se da cuenta de que la vida no vale nada,.
3 comentarios:
Psicosis, El Resplandor, Alien, El Exorcista, La Profecía, Tiburón, Poltergeist, La Semilla del Diablo, El Silencio de los corderos, películas y momentos dirigidos por Carpenter o F. Lang, incluso alguna actual como The ring. En definitiva, todas juntas aportan tanta sangre como un solo minuto de metraje del cine actual y adolescente de ¿terror?
Quién lo niega, Rafa. Historias distintas, modos distintos. El cine, encajonado, no avanza. Ya nadie escribe como Góngora. Ya nadie filma como Bergman. O sí. Pero a ratos, por voluntos creativos, sin atender a la masa consumidora. La masa, es el asunto.
No, Emilio, no entro en el terror, y menos si es de aquí. La Hammer le gustaba mucho a mi padre, que tenía una colección de vhs que todavía guarda. Pero Terror Español, no no no... Un saludo de verano verano
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