No soy metódico. Tampoco encuentro nada que envidiar a quienes lo son y me rodean. Prefiero cierto tipo de desorden. Soy de los que cree firmemente en la bondad del azar. Incluso soy capaz de creer en su maldad. En que no sabemos nada y nada está ahí afuera dispuesto a ser conocido. El incrédulo vive mejor porque todo le asombra con más fiereza. El crédulo es un incrédulo con fe en la bondad de las cosas y de las personas. Se trata en el fondo de irse uno sinitiendo hospitalario consigo mismo.
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4 comentarios:
Es en ese lugar donde se alumbran los argumentos. Saludos
En ese sillón, con esa pinta de cómodo, yo creo que me quedaría frita sin llegar a pasar una página... :))
Depende: ¿es cuero o escay?
He ahí el prodigio: ser condescendiente con tus propias debilidades. Tu sillón, oh... qué buenos ratos has prestado a tu espíritu en tan escueto lugar. La felicidad, siempre fugaz, se esconde bajo un mando a distancia que descorre la cortina de nuestra imaginación. Esta noche pienso hacerlo también. Toca The Wire; cuarta temporada, capítulo siete.
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