31.8.09

Sigmund Spielberg



Esta versión de Steven Spielberg que le da un aire a Sigmund Freud ilustró mis años mozos de Universidad. La ilustración luego devino hartazgo y ahora me están ocupando un buen sitio en la estantería los textos, aunque (mirando las portadas, recuperando frases sueltas en páginas al azar) me vienen a la memoria ratos formidables de estudios compartidos con amigos con los que aún hoy cuento. Y mirando la foto no sé si es un montaje de Photoshop en el que un manitas de las teclas ha envejecido a Spielberg o es que entre ambos personajes del siglo XX cabalga un vínculo que los biógrafos no han visto todavía. Me quedo con Steven y dejo en la estantería a Sigmund. Prefiero Hook, incluso mala, que la mejor edición de La interpretación de los sueños. Si me oyeran mis profesores de Psicología me darían enteramente la razón. ¿Quién me quita la razón? ¿Es que este Sigmund Freud no es Steven Spielberg? Pero de verdad de la buena...

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3 comentarios:

Natalia dijo...

Pues ni te la quito ni te la doy. Pero Sigmund además de hacer una contribución fructífera dónde las haya al mundo de la ciencia y del pensamiento, fue premio Goethe... por ser buen escritor.
Te recomiendo la traducción de López Ballesteros. No te diré que es un camino fácil...

Emilio Calvo de Mora dijo...

Las contribuciones son siempre subjetivas, Natalia. A mí me parece que Freud quizá aporte más a la Historia o a las Enciclopedias. Premio Goethe, todo eso. Fue un buen escritor. De hecho recuerdo leer con gusto los libros que me obligaron a leer. Luego leí con gusto cuando no me obligaron. A Spielberg, dentro de la humorada, lo busqué a posta. Tal vez de eso hablo. No lo tengo claro. De todas formas, Natalia, llevas toda la razón del mundo. Y no es un camino fácil, no.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Las contribuciones son siempre subjetivas, Natalia. A mí me parece que Freud quizá aporte más a la Historia o a las Enciclopedias. Premio Goethe, todo eso. Fue un buen escritor. De hecho recuerdo leer con gusto los libros que me obligaron a leer. Luego leí con gusto cuando no me obligaron. A Spielberg, dentro de la humorada, lo busqué a posta. Tal vez de eso hablo. No lo tengo claro. De todas formas, Natalia, llevas toda la razón del mundo. Y no es un camino fácil, no.

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