No hay muchas fotografías en las que Miles Davis sonría. A lo leído, solía enfurruñarse con los fotógrafos que le exigían actitudes de modelo cuando él únicamente quería soplar su trompeta y meterse dentro. Son antológicas sus actuaciones del setenta en adelante: se replegaba sobre su instrumento, se escondía en una timidez altiva, cometía la imprudencia de ignorar al público y de contemplarse en el acto divino de crear la música que le justificaba. Miles Davis, en el fondo, no existía: sólo las texturas, los infinitos vuelos de las notas, el registro del don que le hacía sencillamente un extraterrestre, un tipo hortera en el vestir (no en esta foto de los cincuenta, imagino) que despreciaba a su audiencia y acometía la música como una bendición. Como John Coltrane, pero sin el ajuste tóxico. Y aquí sonríe, y eso es síntoma de que algo extraordinario, probablemente ajeno a la música y a sus exigencias, le bullía dentro.
8.4.09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Comparecencia de la gracia
Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Celebrar la filosofía es festejar la propia vida y el gozo de cuestionarnos su existencia o gozo el de pensar los porqués que la sustenta...
4 comentarios:
Los divos lo que ponen son poses y Miles no era una excepción. Habrá que imaginarselo en casa, fuera de los focos, lejos del escenario. Puesuno más. La foto es muy buena, es cierto. Nunca le vi sonreir y llevas razón en lo de el autismo en el escenarioa partir de los setenta. Nunca lo vi en directo, aunque pude, pero tengo varios dvds y en todos exhibe esa cosa histriónica, de divo, de estrella por encima de los humanos. Era un genio de todas maneras. Luis Felipe
A un genio como Miles se le puede perdonar todo. En realidad, lo único que me interesa es su música. Puede que sea porque nunca le he visto tocar, ni en directo ni en dvd. Desde luego en esa foto su sonrisa tiene mucho encanto.
Un besote.
Entré hace unos días, y siempre vuelvo a los sitios de buenas palabras, música, cine…
Es cierto, pocas fotografías tiene Miles sonriente, da gusto verlo, pero lo importante como se apunta es como tocaba, y lo hacía de sueño.
Te quería preguntar algo, ya que sabes tanto de cine. Hace ya un tiempo fui a ver la peli, “Revolutionary Road” me gustó bastante, y también la banda sonora, sobre todo el tema que suena al comienzo. Intenté buscar quién lo canta, pero no lo encuentro, si los temas originales de Thomas Newman.
¿Sabrías decirme quién lo canta? O donde puedo encontrar los tracks de la BSO completa.
Gracias y saluditos
No interesa el artista doméstico, en su casa, en batín, pero es inevitable pensar en la persona detrás de la máscara, del que crea, Luis Felipe. Era un genio, claro...
Se le perdona todo. Hay cientos de músicos y de escritores y de pintores que no conocemos salvo por el nombre y por el arte que despliegan. Y nos conformamos. Podríamos vivir incluso sin nombres. Oyendo a Beethoven sin saber que se llama Beethoven. Leer a Cortázar sin saber que escribe Cortázar...Besos, Isabel...
Gracias, Lluviané. Lo de Revolutionary Road no lo sé ahora. Miro. Busco. Pregunto. Gracias de nuevo.
Publicar un comentario