Travis Bickle fatigando las calles como un justiciero tarado. Progresivamente envilecido, el taxista nocturno se cree tocado por el numen de la redención y oficia la liturgia sangrienta de su causa. El desarraigo. El desencanto. La miseria. La soledad. Todo eso tocado por la mano sublime de un Scorsese en estado de gracia. Ahora De Niro está por encima de Travis y de otro loco suyo fascinante, Max Cady.
7.8.07
¿ Estás hablando conmigo ?
Travis Bickle fatigando las calles como un justiciero tarado. Progresivamente envilecido, el taxista nocturno se cree tocado por el numen de la redención y oficia la liturgia sangrienta de su causa. El desarraigo. El desencanto. La miseria. La soledad. Todo eso tocado por la mano sublime de un Scorsese en estado de gracia. Ahora De Niro está por encima de Travis y de otro loco suyo fascinante, Max Cady.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El vicio de mirar
Uno mira a escondidas sin que el rubor lo delate, escoge el momento, templa los nervios o los aparta y se yergue, un poco nervioso y...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
3 comentarios:
2 contundencias, 2 mazazos, 2 tarados, eso es.
Martín
Sí, Scorsese. Pedro sobre todo Schrader. El personaje es cien por cien Schrader. Él le parió y dió forma. Scorsese se limitó a colorear un dibujo acabado.
Te recomiendo, si no la has visto, "El Asesinato de Richard Nixon", extraordinaria película deudora de la de Marty. El final más devastador que he visto en años. La indiferencia como castigo.
Saludos, Emilio.
Información apuntada.
Publicar un comentario