10.7.14

Jack White: Lazaretto / El blues del futuro



Al blues le incumbe el relato de los orígenes. Jack White es el trovador que está obstinado en hacer que el blues cuente el futuro y Lazaretto, su último disco, es un intento de narrar ese futuro, sin renunciar al legado pegajoso del género, al recital de plañideras a la orilla del río, bendiciendo al muerto, deseando que el cielo le abra sus puertas. Las historias de White son las del blues de toda la vida, pero restauradas con barnices modernos. White es un músico enorme, siente que el material que trata es digno del más grande los respetos, pero mira al frente, se recrea en la turbulencia del rock, la que llevó a un extremo sublime en The White Stripes, y se las ingenia para facturar un disco sucio y lírico al tiempo, accesible con piezas tarareables (Three women, Just one drink), hecho para perdurar. Ambicioso, Lazaretto recorre todos los palos del blues, algunos del rock y hasta merodea el folk-country (Entitlement) y lo hace sin dejar de experimentar, acudiendo al ruido, distorsionando guitarras, martilleando baterías, acariciando violines y mandolinas. Lo que hay que agradecer a discos como éste, sean de White o de The Black Keys, es la voluntad de rendir tributo al pasado y la de hacer guiños a la música que se fabricará en el futuro. Todo lo que pueda sonar a rudimentario en Lazaretto remite a las grabaciones analógicas (de las que White es un ferviente adorador) y a cierto romanticismo sonoro que huye de la perfección audiófila y abraza texturas viscosas, tramas brumosas. Jack White nos invita a un paseo por el blues, al que ama. Pensé, en ciertos pasajes, en los primeros discos de Led Zeppelin, en Jimmy Page cuando era Jack White. El rock o el blues tienen vasos comunicantes. Por dentro se destilan licores sabios. Los ángeles que tutelan al poeta escuchan, alucinados, el repertorio. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay alguna materia de la que no tengas una opinión formada?
Buen verano, señor Calvo de Mora!!!!

Sergio DS dijo...

Este disco es mágico, y ya que le vinilo se escuche al revés me trae loco.

Un abrazo.

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