23.6.11

Un par de buenas tetas vascas


A la razón sin pulir se la engaña siempre con razones de peso porque la cabeza sin suficiente riego de sangre se deja convencer con mucha facilidad y se enturbia el tino y se malea hasta el desmayo la cordura. Una inteligencia mal conducida puede creerse soberana y capaz de afear, malear y pervertir inteligencias menores. Sirva esta reflexión temprana para apuntalar los cimientos narrativos de la historia de mi buen amigo Hilario y de cómo terminó como terminó. El lector avezado sospecha que mal y sospecha bien. Quizá porque dispone de un hábito y sabe que en la mayor parte de las ocasiones el malhechor paga por sus fechorías y el tonto no sale de su tontería. Sabe (además) que cuando un tonto coge un camino, cabe la posibilidad de que el camino termine y él prosiga su invisible curso. Hay tontos de fe probada y tontos ateos, pero ninguno de los dos lo es taxativamente y sólo falta una cabeza con más sedimento sanguíneo para que les lleven y les traigan hacia donde el interlocutor disponga. (sigue en Barra Libre)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

guau

rafa

posdata: tetas, tetas, tetas...

Llega el veranoooo!!!

Anónimo dijo...

Un poco burro, lo reconozco...

rafa


habrá sido la foto de enmedio

Rafa dijo...

Ya he cometnado en Barra.
Gracias por este esfuerzo.

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...