Escribe hoy John Carlin en El País lo mucho que se pierden los que no se arriman al fútbol para sobrellevar las penurias de la vida, lo desamparados que están sin el refugio del fútbol cuando la realidad les aturde y se sienten infelices. Cita Carlin a Forlán, el delantero uruguayo del Atlético: "Todo el mundo tiene problemas y el fútbol termina siendo el psicólogo más barato". Otro buen psicólogo es el cine. Los psicólogos de verdad, los que se ganan la vida con los desórdenes ajenos, deben estar enfadados. Pero hay gente que necesita fútbol, cine y una hora a la semana para sanearse la psique. Mi diván fue anoche un disco formidable de John Coltrane. El Coltrane que miraba a Dios con un ojo y a la jeringuilla con el otro. Anoche disfruté como casi nunca con el reflejo (pálido, evanescente) de esa iluminación. Pensé en el bendito desorden de los genios. Los que somos normales no damos casi nunca la talla a la hora de crear genialidades. A lo sumo, un día da uno con un renglón remarcable. Quizá en alguna ocasión, sin tener conciencia de lo que se está haciendo, hemos hecho algo digno y perdurable, pero ni siquiera tenemos memoria para contarlo ni está registrado en ningún lugar a donde acudir y comprobar la hazaña. Es mejor depender del talento de los otros. Es mucho mejor recurrir a los psicólogos eventuales que van apareciendo por el camino. Ofreciéndose. Lo malo es que de vez en cuando no nos percatamos. La belleza (o la inteligencia) pasa a nuestro lado y pasa de largo. No la miramos, no la entendemos, no la hacemos prodigiosamente nuestra.
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7 comentarios:
No me gusta mucho el fútbol y he leído ahora mismo tu escrito y el de Carlin en El país. Estoy de acuerdo, en lo básico, con los dos. El fútbol es un agarradero sentimental estupendo, pero uno muy pobre. El cine es mejor, sin duda. Aunque todo
es según del color del que lo mire y de lo que busque y de lo que ofrezca a cambio.
Mi agarradero, mi diván, es mi familia. Y doy gracias a Dios por eso.
Un saludo, muy gentil por escucharme.
Alex Zapata Méndez
Mi diván no va a ser la religión nunca. La familia es un buen agarradero, como dice Alex, pero tampoco basta. Sí, hoy estoy derrotista, denme palos, pero no tengo yo buenas experiencias ni con una cosa ni con la otra así que tengo motivos, uchos motivos. Mi diván es el fútbol, la cerveza, los amigos, el cine de acción y hasta el trabajo, que está la cosa nmuy mal y no puede uno tomarse el trabajo a broma y no darle la importancia que tiene. Buen comentario. Un saludo, volveré a entrar en esta buena, muy buena, página. Slaudos de nuevo.
Forlán, no me lo creo.
Rafa
No en vano la belleza revelada es un placer que nos sobreviene. Si calculáramos su trayectoria y horario, se resistiría a pasar a nuestro lado. Por eso hay que dejarse balancear por el azar de los días, más allá de la agenda y sus esfuerzos. Resistirse ahuyenta a las musas. Pensar en ello es ya una forma de no gozarlo.
Buena semana, amigo y cia.
Me gustaría que le diera un vistazo a un post que escribí hace ya mucho tiempo,es mi manera de comentarle su post.
Un cordial saludo.
http://fmaesteban.blogspot.com/2008/04/una-obra-maestra-medianoche.html
sin lugar a dudas me quedo con Coltrane (whisky en ristre, eso sí). el griterío de masas con discusiones estériles me aportan más indiferencia que otra cosa. me alegro por ellos, por los que el fútbol le aporte serenidad, sosiego y alegrías mientras los políticos dejan el país como un campo de preferente.
Cualquier cosa sirve de tabla de naúfrago. Todos lo somos de alguna manera. Da igual qué tener.Si dioses del olimpo o dioses de carne y hueso, del olimpo del día a día. Da lo mismo el cine que una iglesia. Gentil usted por leerme, Alex.
No soy yo especialmente religioso. O lo soy tangencialmente. Me interesa lo religioso, sin serlo. El fútbol es un agarradero más, hemos dicho ya por varias partes, Carlos. Uno más,...
Forlán, créaselo.
La belleza es siempre sobrevenida. La belleza es asombro o no será, Ramón.
No sólo lo he tenido sino que lo he usado. Gracias, Francisco.
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