"It was very casual; we'd have our tea and sandwiches and cigarettes on stage, sing a couple of songs and tell a few jokes."
George Harrison
Lo que ve uno en las fotos de la época es un local contrahecho, lleno de recovecos, lastimado por el uso primitivo, que era el servir como almacén en la época victoriana. En 1.957 se reconvirtió en pub y cuatro años más tarde, hoy hace 50 años, fue el escenario en el que The Beatles tocaron por primera vez juntos, en directo, en suelo inglés. Dicen los que disfrutaron de ese milagro que la actitud de los músicos era irreverente: hacían bromas con el público, los jaleaban si no coreaban las canciones y se mostraban desinhibidos, exhibiendo un descaro impropio para un grupo novel. Antes de que Brian Epstein les sacara del club y les hiciera firmar un suculento contrato, la banda tocó 292 veces en ese escenario. Antes se había fajado en Hamburgo, pero el público inglés era el del barrio, los amigos de toda la vida, los íntimos acudiendo a una especie de verbena popular aliñada de rock and roll. Y no eran precisamente buenos tiempos para ese género nuevo, desenfrenado, propio de bárbaros, de fulgurante afecto entre la plebe joven y escaso apego entre los padres de esa chiquillería espídica, involucrada en el sencillo acto de brincar, sudar y beber cerveza delante de cuatro tíos tocados por un don especial.
La estricta política de no tocar rock and roll en La Caverna, muy agriamente perseguida por el dueño, un tal McFall, se rebajó en cuanto los conciertos llenaron el sótano y el dinero hizo sonar su hipnótico estribillo. Lennon, con sus Quarrymen, había tocado cuatro años antes, pero entonces estaba sin cuajar, no había encontrado la complicidad de Pete (primero Pete, después Ringo), Paul y George. A la banda, gracias a la injerencia de la madre del batería Pete Best, le pagaron tres libras y se les permitió almorzar gratis: era un concierto a mediodía. Después vino todo lo demás. Incluso John Lennon fue más popular que Jesucristo, fórmula propagandística acuñada por un periodista que conmocionó a la sociedad bienpensante, adulta, poco involucrada en brincar, en aceptar el hecho incontestable de que esos cuatro chicos de Liverpool iban a convertirse en la banda más famosa del mundo. Una de ellas, al menos. Pero aquí no hay sitio para explayarse en esa proeza y este escrito únicamente desea contribuir a la emoción comunitaria: It was fifty years ago today...Hoy quise celebrar la efemérides cargando mi bendito Ipod con los discos primerizos de la banda. Esta tarde he estado de aquí para allá por Lucena oyendo la histeria, redescubriendo canciones inmortales, pensando en cómo las 336 canciones que regalaron a la Historia que hoy festejamos. A mi amigo Antonio Linares (esta semana es la segunda vez que le traigo a esta página) le tiene que sobrevenir un acceso de felicidad absoluta. A ver si lo veo pronto y tocamos (como hace veinte años, encaramados al escenario de un colegio) All my loving (desastrosamente).
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7 comentarios:
Nací con la reconversión del almacén en pub. Crecí con la moda de la melena a lo "Beatles" a pesar de que nunca pude tenerla, pues mi pelo rizado -que entonces sí tenía pelo- me lo impedía. Bailamos hasta la saciedad su rítmico rock an roll y lúbricamente abrazados sus temas melodiosos en las numerosísimas "fiestas" que nuestra adolescencia y juventud nos regaló.
The Beatles forman parte la vida de mi generación, los tenemos interiorizados.
Por todo ello, gracias por el post.
Fue en Hamburgo cuando los Beatles se hicieron grupo.
Biografías parejas. Yo nada de pelo rizado, pero pelo, al cabo. Yo nací cuando los Beatles ya eran los Beatles, pero los viví intensamente después, en los primeros ochenta (qué tarde: no pudo ser antes). Gracias a ti siempre, amigo Pedro, por venir a esta casa, tuya, y leer, y comentar y todo eso.
Lo apunto en el post, creo, Mycroft: se fajaron en Hamburgo, se hicieron grandes con su público en Liverpool.
En la biografía de Lennon de Norman la etapa alemana es clave, máxime cuando la moda del skiffle ya iba remitiendo, Elvis se enfriaba, y todavía no había llegado la segunda generación (Holly) del rock.
Me siento feliz por asistir a este cumpleaños. Me dieron tanto y me siguen dando, que no sé explicarme ni falta que hace habiendo gente como vosotros, que escribís como lo haceis.
Beatles Forever.
Beatles Oh yeah.
Flor Beatriz
Oh qué tiempos, qué delicia, qué nostalgia, qué todo... Me quedo con Lennon antes que Macca pero el otro día vi un concierto de Sir Paul en un DVD que me dejaron y aluciné. Son únicos.
Ana
Dios en su infinita gloria salve a los fab four y yo que viva muchos años para escucharlos y propagar el mensaje beatlemaniaco. Amén Jesús por la gracia del Sargento Peppers.
Father Mckenzie
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