La poesía es la que custodia el orden del mundo. Lo entendí anoche, leyendo una cita de Charles Simic, en el blog de Carmen Anisa. El anhelo secreto de la poesía es detener el tiempo. Todas las cosas imposibles, las que a menudo pensamos y no entendemos cómo llevar a término, son las que se encomiendan secretamente a la poesía. Si no existiese la poesía, de no haber bardos ocultos, el mundo se vendría abajo. Puede que se esté viniendo, a poco que uno observa lo que le rodea, porque la poesía esté desapareciendo. K. sostiene que todos somos poetas. Lo dice a sabiendas de que no ha escrito un verso en su vida y de que, a lo sumo, ha leído un par de libros de poesía o tres, y todos obligados por algún maestro obstinado, de los que ahora no abundan. No hay poesía en la escuela, no al menos del modo en que uno querría. La que hay no está enseñada por poetas, aunque todos tengamos, al buen decir de K., uno dentro. El mío no aparece últimamente mucho. Lo tengo en la sombra, avisado de que en cualquier momento le reclamo, le pide que me vuelva a explicar el mundo. Quizá la poesía sirve también para eso: para que el mundo, el oscuro, el impenetrable, pueda ser descifrado. El buen lector de poesía ve a Dios o percibe que no hay Dios en absoluto. Una de esas dos cosas. Pienso en la bandada de pájaros de Borges, en su argumento ornitológico, en lo que se sabe al no pensarlo y cómo se desvanece cuando se razona. La poesía no se razona. Volvemos a Dios, al que tampoco se le hace el traje cartesiano con el que vestimos otros asuntos. No sé a qué asuntos encomendarme para que el mundo no me supere. Se empecine en eso, en confundirme, en ponerme trabas, pero la poesía (entienda cada uno poesía como le venga en gana) me libra de ese cautiverio. Todo esto viene por Simic, por Anisa, por K., que viene y se queda cuando no hace ni falta. Simic me espera.
6.10.14
El anhelo secreto de la poesía
La poesía es la que custodia el orden del mundo. Lo entendí anoche, leyendo una cita de Charles Simic, en el blog de Carmen Anisa. El anhelo secreto de la poesía es detener el tiempo. Todas las cosas imposibles, las que a menudo pensamos y no entendemos cómo llevar a término, son las que se encomiendan secretamente a la poesía. Si no existiese la poesía, de no haber bardos ocultos, el mundo se vendría abajo. Puede que se esté viniendo, a poco que uno observa lo que le rodea, porque la poesía esté desapareciendo. K. sostiene que todos somos poetas. Lo dice a sabiendas de que no ha escrito un verso en su vida y de que, a lo sumo, ha leído un par de libros de poesía o tres, y todos obligados por algún maestro obstinado, de los que ahora no abundan. No hay poesía en la escuela, no al menos del modo en que uno querría. La que hay no está enseñada por poetas, aunque todos tengamos, al buen decir de K., uno dentro. El mío no aparece últimamente mucho. Lo tengo en la sombra, avisado de que en cualquier momento le reclamo, le pide que me vuelva a explicar el mundo. Quizá la poesía sirve también para eso: para que el mundo, el oscuro, el impenetrable, pueda ser descifrado. El buen lector de poesía ve a Dios o percibe que no hay Dios en absoluto. Una de esas dos cosas. Pienso en la bandada de pájaros de Borges, en su argumento ornitológico, en lo que se sabe al no pensarlo y cómo se desvanece cuando se razona. La poesía no se razona. Volvemos a Dios, al que tampoco se le hace el traje cartesiano con el que vestimos otros asuntos. No sé a qué asuntos encomendarme para que el mundo no me supere. Se empecine en eso, en confundirme, en ponerme trabas, pero la poesía (entienda cada uno poesía como le venga en gana) me libra de ese cautiverio. Todo esto viene por Simic, por Anisa, por K., que viene y se queda cuando no hace ni falta. Simic me espera.
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3 comentarios:
*..y qué
si dios hubiera
si poetas naciesen
más hicieran..*
abrazo
El capítulo que Simic dedica a su concepción de la poesía en "Una mosca en la sopa" no puede ser más sencillo y más hermoso. Gracias por tu lectura... Y por esta cita.
PMPilar, buen aporte
Carmen, voy conociendo a Simic poco a poco. Debería dedicarla más tiempo a la poesía. Lo intento, pero falta tiempo, falta siempre. Gracias por estar, un beso
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