Miguel Brieva
He recurrido a esta tira de Miguel Brieva en muchas ocasiones. Me pareció siempre un salmo perfecto para el Estado del Bienestar en el que dicen que estamos o al que dicen que nos dirigimos. Hoy es el Día Internacional de la Felicidad. No sabe uno quién idea estas atrocidades morales. Creo que son incluso contraproducentes. Se organizan festividades que solo buscan un trending topic fácil. Yo, en lo que me toca, descreo de la felicidad. A lo sumo, alcanzo a sentir la alegría. Estaría bien un Día Internacional de la Alegría, pero la felicidad es otra cosa, mucho más honda, de más fuste metafísico incluso. No podemos ser felices. No al menos de modo continuo. Creo que no estaremos preparados. Me encantaría encontrarme a alguien que me razone la suya, su felicidad íntegra. Haría lo posible por entenderlo. Estoy por pensar que igual ni vale la pena tanto placer durante tanto tiempo. Estamos mal hechos. Nos han diseñado mal.
3 comentarios:
Joder, qué feliz soy.
Ni puto caso a esa gente que exige constantemente que sea feliz,que sonrías cuando no tienes ganas.
"También la felicidad es inevitable." Se quejaba el viejo Albert Camus. Pero hagamos un pequeño repaso a la historia.Hace más de dos mil años que Aristóteles nos advirtió que ninguno debería de hablar de felicidad hasta en el último día de su vida, cuando se puede hacer balance. Mil y pico de años después, Voltaire nos dijo que buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa sabiendo que tienen una. Doscientos y pico de años después fue George Orwell quien nos dijo que los seres humanos solo pueden ser felices si aceptan que el objeto de la vida no es la felicidad. Y poco tiempo después dijo Groucho Marx: "Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna."
Y para terminar dijo Louis Aragon: "Quien habla de felicidad suele tener los ojos tristes."
Y me voy ya que me estoy poniendo triste y me está dando una risa que me parto.
Abrazos,como siempre.
Y yo con usted, Francisco. Compartimos el disfrute.
Francisco, no te dejas a nadie que ahora importe en esto de la felicidad, que es una cosa de filósofos, probablemente. Me quedo con Groucho, evidentemente. Hay días en que tengo los ojos tristes; otros, no. Hoy no es ninguno de los dos. Un abrazo, como siempre. Grande, igual.
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