La calavera y las tibias cruzadas aluden a la literatura mítica de la fundación de la ciudad y de cómo Hércules decapitó al rey Gerión y erigió una torre bajo la que yace la cabeza de su enemigo. Si hoy se levantasen ciudades nuevas, ignoro a qué acudirían los heraldistas para configurar el escudo identitario. Carecemos ahora de mitologías o, caso de haberlas, lo son frágilmente, se escuchan al modo en que se escuchan las historias que se cuentan en las películas de Hollywood. Estamos a merced de unos pocos mercaderes que escriben la Historia a golpe de talonario, contratando al galán de turno y gastándose un escándalo en promociones, en cartelería en las marquesinas de los autobuses y en campañas de márketing carnívoro. Hoy, al cabo, no se levantan ciudades nuevas. Ya nos vale con las que tenemos y aún así todavía nos estrujamos la mollera inventando cómo gobernarlas, a quién permitir el paso, a quién no. Al escudo de A Coruña le bastan las tibias, la calavera, la torre, la concha del peregrino, toda esa imaginería fantástica que ha surcado los siglos y se adueña sin estrépito de las películas de Jerry Bruckheimer.
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5 comentarios:
Estamos en manos de Jack Sparrow? Saludos...
Pepe Domínguez.
En manos de Sparrow, pues vale... Evasión pura, sin aristas, sin detalle, lista para el consumo global-
Qué forma de retorcer las imágenes. Buen verano, Emilio, y fresquito por lo que cuentan. Aquí alerta en 38 grados y subiendooooooo... Rafa
No hagas caso, no es retorcimiento, y es verdad que aquí no hay calor, ninguno casi. Pero volveré, ay...
Tú en estado puro. Gusta.
Ana
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