Quizá este Dennis Hopper, el que fatigó los moteles de comarcales y los festivales de blues con su cámara en ristre, no sea el guardado en la memoria de la mayoría de los que alcanzaron a apreciar su trabajo, pero leí que era precisamente ése el que él deseaba que perdurase. Esta instantánea se llama Biker couple y era especialmente apreciada por Andy Warhol. Está fechada en 1.961, es decir, antes de Easy Rider y del boom del carisma atormentado del actor, mucho antes de Blue velvet y de su triste travesía por el cine de palomitas, que es en donde hizo la pasta que tanto le gustaba. Aun con todo no es Dennis Hopper el que importa. Imaginamos al fotógrafo detrás de la lente, desmenuzando lo real, vigilando la realidad, registrando el vértigo y la fiebre, considerando la posibilidad de estar contribuyendo a una especie de inventario del caos y también de la belleza. Amo la fotografía que cuenta historias, la que permite hurgar adentro y extraer un hilo, una trama, el discurso de lo posible perdiéndose en el discurso de lo que no lo es. Por eso esta fotografía de Hopper es tan hipnótica. Porque inventa donde no hay. Pura literatura. El amante de los Smiths (o cualquier atento y sensible memorialista de las portadas de los discos) recordará esta foto en un recopilatorio de la banda. Ahí es donde yo la vi por vez primera hace ya muchos años. No sabía que era de Hopper. Saberlo ha sido el regalo de hoy.
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4 comentarios:
No está Hopper entre mis actores favoritos, pero me impactó en Terciopelo azul, con esa máscara, con esa cara de depravado total. Ignoraba esta faceta, tampoco creo que le reportara la fama de su carrera como actor, pero esta fotografía da idea de que era bueno. Enhorabeuna por el blog.
Fue Hopper un fotógrafo notable. La cualidad de saber ver acampa en los porches de unos pocos, y uno de ellos fue el de su casa californiana. Me gustan sus retratos tanto como los espacios vacíos de personas y llenos de vida que fotografió con frecuencia. Calles cubiertas por cables de luz; casas herrumbosas con la pintura desconchada; mujeres desnudas que ríen ajenas a la cámara sabedoras de que acabarán en la cama del que sostiene el objetivo. Gran fotógrafo, insisto, pero mejor actor. Uno de los grandes.
Mío lo es a ratos, José Rafael. Me gusta mucho cuando me gusta mucho, obvio. Pero me gusta muchísimo, de verdad. En otras, en las alimenticias, es un obrero. Y se le nota. Gracias.
Los USA yo creo que son un campo abierto, uno absoluto. Un reino. Un paraíso para el ojo cómplice, para el ojo atento, para el sensible, amigo.
Uno de los grandes, pero qué fotos.
La foto genial. Gracias amigo por traernos este trabajo.
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