Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te rega

Julio Cortázar, Historias de cronopios y de famas
Lápida donde reposan sus restos, en París
El anuncio del coche en donde se oye la voz de Julio Cortázar, con sus argentinismos y sus dificultades fonéticas características, ejerce el efecto contrario del que desea. Lo que dan ganas es de no comprar el auto. Han elegido el texto más hermoso, pero han equivocado al actor que lo recita. No debe ser Cortázar. No su voz. No esa voz suya de rayuela y cronopios rebajada a locutar las excelencias de un coche. Por favor, qué crimen más horrendo han cometido.
2 comentarios:
UNA PUTADA. DAN GANAS DE ESO, DE NO COMPRARLO.
EL CRONOPIO NÚMERO ZAPATO
Pues yo no sabía que era de Cortazar.
De todas formas, siempre me ha dejado un regusto rariro el anuncio del coche.
Nada. coincido con ustedes. Nada de comprarlo.
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