

Contra la opinión de que escasas memorables caben en la vida de un hombre, están los libros, ese tesoro inagotable, esa fuente infinita de júbilo durmiente. Y aquí está quien cuida de ellos. El Bibliotecario Supremo, el Celador de sus páginas. Él está siempre que se abre un libro y se oficia la liturgia sublime de la lectura. " No me jacto de los libros que he escrito... "
1 comentario:
sino de los que he leido ....
Yo recientemente Juntacadaveres de Onetti y un ensayo sobre la conveniencia de perder la tutela cultural de los EEUU en la cosa del cine y todo eso de un tal Hegwood.
Muy sabroso todo.
Un saludo. Enhroabuena por la página, caballero.
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