Este es un disco de pop post-punk contagioso, uno alegre, efervescente: melodías reclutadas del muestrario de Gang of Four y remozadas para colar en las numerosas mtv's que pueblan el espectro televisivo y vender lo que se pueda. No es una obra completa ni tampoco redonda. Suenan a The Jam en Weekend and Black Days ( hot summer ), quizá la mejor canción del álbum, pero sonar a The Jam en este siglo XXI es indicio de no tener las ideas claras o de poner las propias al servicio del revivalismo descarado. Uno se intoxica de tanto britpop con tanto grupo cortado por la misma tijera garajera/cervecera. El sonido gamberro de guitarras simples con riff breves y tarareables es deliberadamente áspero. La falta de delicadeza propicia un directo generoso, bravío, fresco, pero en disco ( en casa, en el coche ) pierden gas y quedan como un imperfecto proyecto de lo que debería ser el rock en estos tiempos tan agitados. Si vienen a mi pueblo, me engancho en primera fila. A saltar, niños, a saltar.
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