19.3.07

PEQUEÑA MISS SUNSHINE :Viva la familia unida






Indie: dícese del cine que se aparte voluntariamente de los circuitos tradicionales y que se gesta con la muy clara intención de ser independiente, no contaminable de los tics del cine de consumo mayoritario. Entonces Pequeña miss Sunshine no es una cinta indie, como la venden, aunque Sundance la avale con su marca de fábrica. Independiente, apartado de los circuitos tradicionales y de pretensiones comerciales masivas ( al estilo de Piratas del Caribe o Spiderman en cualquiera de sus entregas ) es su humildad, su desgana por apabullar: no existe nada en el guión que pueda despertar el asombro del espectador acomodado en un cine de traca de feria, enfebrecido de tiros o de efectos especiales indiscutibles. Aquí no hay una película fácil y eso ( bien mirado ) le da un status de pieza rara en este mundo nuestro en el que todo se conduce por la vía de lo asequible, de lo fácilmente masticable, pero como la cinta ha participado en los Oscars de Hollywood y ha entrado en el aro ( digamos ) de la industria, pues parece que deba ser evaluada, criticada, entendida como una película más de entretenimiento familiar al estilo de las citadas anteriormente, ambas dignas y del agrado de este escribiente digital.
Pequeña Miss Sunshine es una road-movie antológica, alegremente ácida, corrosiva en su forma sencilla de mostrar las enfermedades de una sociedad, la americana, demasiado entregada a satisfacer placeres de forma inmediata y convertirlo todo en fast-food, en producto de consumo rápido, sea una hamburguesa, sea un libro, sea una película.

Ésta va de una familia disfuncional, que es una palabra muy de moda. Los Hoover son el paradigma de la familia rota: nadie tiene la cabeza donde debe. Hay un adolescente entre lo grunge y lo nietzscheano que no habla para imponerse una disciplina ( ay si San Juan de la Cruz levantara la cabeza ), un abuelo pornógrafo que esnifa heroína en los ratos libres y aconseja el amor libre y el fornicio como hobby, un padre enganchado a la sociología light a lo Paulo Coelho, un cuñado gay( experto en Proust, un fracasado que hizo la mejor prosa del siglo XIX) recién salido de una intento de suicidio, una niña regordeta que quiere ser miss y una madre abnegada, auténtico pulmón de una familia destinada a reventar en cualquier minuto del día. Welcome to hell, dice el mozalbete autista en un momento del film.

Amable, ácida, perversa, íntima, coloquial: hay muchos adjetivos. La cualidad, sin embargo, más dominante es el optimismo, el hecho crucial de que una carretera marque el norte, el futuro. O que una furgoneta desmantelable en pura chatarra no ceje en su destino final: el hotel de Redondo Beach ( California ) en el que va a tener lugar un concurso singular, la elección de Miss Sunshine, el aberrante concurso de niñas en donde, al final, se produce el desenlace fabuloso, una especie de clímax metafísico en el que uno se reconcilia con la bondad del cine, con su bendita catarsis. Dicho de otro modo : ahora que no es posible verla en cine, acudan al videoclub más cercano. Tienen uno cerca. O uno de esos cajeros impersonales que expulsan el dvd como si fuese un preservativo en una noche de parranda y tuviera uno todas los instintos enfebrecidos.

Vaya. Corra. No verá la mejor película del año, pero sí ( rotundamente ) una de las más frescas, irónicas, mordaces y, sobre todo, agradables.




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