La palabra es delicado: la delicadeza arrastra después genio, sensibilidad, artesanía hecha magia. Beyond the Missouri sky es un disco de acústica ingenua, cálido, liberado de imperativos comerciales que encorseten su excelencia musical y lo arrumben al mecanicismo de ciertos discos forjados con un ojo en el pentagrama y otro ( descaradamente abierto ) en las modas, en los saldos o en los balances. Pat Metheny es un músico inquieto, capaz de registrar golosos experimentos jazzísticos de primer orden (Song X con Ornette Coleman y el propio Haden) o aventuras de new age con síncopa ( Letters from home ). A menudo incurre en reiteraciones: inevitablemente. Saca demasiados discos. Ese beneficio de capricho no incomoda al fan devoto del guitarrista de Missouri. Motivado por muchas texturas musicales, Metheny no se anquilosa en el jazz. De hecho, este cielo de Missouri tiene un poso de folk profundísimo al que tampoco es ajeno el contrabajista Charlie Haden. Los dos labran un discurso de una complicidad grandiosa. Salvo algunas programaciones de sintetizadores, pedidas por Haden, hay sólo guitarra y contrabajo y un puñado de canciones muy del gusto de ambos. Destaca la interpretación que hacen del clásico cinematográfico Cinema Paradiso, que Metheny ejecuta con sobrio dramatismo. Ser amigos implica algo más que hacer un disco a antojo, desprecintado de prejuicios y de exigencias ajenas a lo crasamente musical. Metheny es padrino de Haden ( que está casado con la excelente cantante de jazz Ruth Cameron ). Como anécdota contar que el gobernador de Missouri declaró el 25 de Febrero, fecha en la que el disco vio la luz pública, como día de Charlie Haden y Pat Metheny. Yo vi al guitarrista de la camisa a rayas en Córdoba hacia 1990. Fue un concierto apoteósico, al aire libre, en verano. Una fiesta para los sentidos. Lástima que no sea posible asistir a la ejecución en vivo de este disco intimista y familiar, tan lírico y tan emotivo. Entrevista aquí.
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