25.3.07

GENESIS : SECONDS OUT ( 1977 )



El argumento cansino de si Gabriel o de si Collins se resquebraja escuchando esta colección apabullante de temas. Las consideraciones sobre la bondad del rock sinfónico en un mundo pincelado por la prisas, convertido en una maquinaria golosa de consumo, precisan la audición de este disco doble ( en su tiempo ) que capta el espíritu medievalista y conceptual de un grupo que dominó la escena del rock, con permiso de gigantes como Yes, Emerson, Lake & Palmer, King Crimson o Pink Floyd ( y hay algunas bandas que se me criticará no poner ), durante los setenta. La prueba del algodón sinfónico es la pieza Supper's ready, cuento de más minutos, incluida en el portentoso Foxtrot ( el mejor disco de Genesis, en mi opinión ) y (como el buen jazz ) paladeada en cada escucha de modo que el oyente concita el asombro y el descubrimiento en tramos que, de pronto, le parecen nuevos aunque la haya oído treinta veces.
El sonido del álbum es preciso. Recuerdo que en vinilo era siempre el elegido cuando llegaban amigos a casa y quería yo fardar de equipo de música ( sí, el equipo primero, aquella novia ahora obsoleta y sustituida, que duerme en el desván cubierto por viejas mantas ).
La comunión con el público da cuenta de la fascinación y del respeto hacia unos patrones musicales ya en desuso: no tenemos en estos tiempos bandas que hagan una música tan barroca, en el sentido de rica, cuajada de capas, de texturas sonoras y de contenidos literarios.
Ahora que se está gestando el regreso de Genesis ( Banks, Rutherford, Collins ) a los escenarios ( nada de estudios por ahora ) conviene revistar esta obra antológica, grabada en París en 1.977
Yo vi a Genesis en La Rosaleda, en Málaga, con su gira The Invisible Touch. Joven, profano, todavía no muy versado en la discografía de la banda, disfruté enormemente. Recuerdo la entrega de tres músicos ( más Chester Thompson a la batería, ex- Frank Zappa, ex-Weather Report y Daryl Streumer ) de un talento formidable para conseguir gestas épicas en un escenario, aunque parte del repertorio obviará el cancionero clásico ( el de Gabriel ) para volcarse sobre los contenidos más pop que comenzaron a partir del estimable And then there were three. Los arrebatos instrumentales levantaban un estadio. Ahora ( suelo hacerlo cuando escribo sobre un disco ) tengo en el cd The Carpet's crawles, la canción más delicada del mundo. Si lo dudan, escuchen.... Aplausos ( Fade out )

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