1.3.07

Nada

No hacer nada, no tener tampoco conciencia alguna de ese abandono enteramente premeditado, manso y lúcido, pero acaba uno poniendo siempre nombre a la pereza, consintiendo que las palabras ocupen su lugar y todo sea previsible. El acto de no hacer nada se transmuta en una empresa fatigosa y traducible a términos de éxito, de fracaso. Consiste todo esto en modificar el decurso rutinario de las horas, improvisar algún atentado contra la naturaleza elemental de las cosas, esto es, que al dos le preceda un barco o que el uno exhiba un tono azulón en las grandes ocasiones.
Artificios de la inteligencia creativa. Páramos de recreo verbal. Debilidad de todos los sentidos.
La vida queda entonces en novelita frívola. Hoy, que el día tira a gris y mi cerebro se embota con la rutina del regreso al trabajo, he escrito en mi cuaderno de notas que esta página requiere más tiempo del que se le puede honestamente entregar. O claudicar unos días y volver con el cerebro menos peguntoso: libre, ágil, ufano.
Hoy no hacer nada, no tener tampoco conciencia lguna de ese abandono enteramente premeditado, manso y lúcido, pero acaba uno poniendo siempre nombre a la pereza, consintiendo que las palabras ocupen su lugar y todo sea previsible. El acto de no hacer nada se transmuta en una empresa fatigosa y traducible a términos de éxito, de fracaso. Consiste todo esto en modificar el decurso rutinario de las horas, improvisar, sobre todo improvisar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

NO ESCRIBIR, NO CAER EN LA RUTINA DE LA ESCRITURA.
ESCRIBIR NO VALE PARA NADA.
LEER TAMPOCO.
NO SABER.
IGNORARLO TODO.
DEJARSE LLEVAR.
SABER QUE NADA IMPORTA.
NIHILISMO DE PRINCIPIO DE SIGLO.
QUE APRENDAN DE NOSOTROS LAS GENERACIONES DEL FUTURO.
CONSISTE TODO, COMO USTED DICE, EN CAMBIAR EL CURSO DE LAS HORAS.
SACRIFICARLO TODO POR EL IDEAL DE NO HACER NADA.
VAYA.

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...