Divertimento hedonista digno de figurar entre las joyas freakies del año, capricho indie de dudoso gusto artístico que apela al morbo y a una supuesta e indomable libertad de expresión artística para darnos una generosa ración de carnes libres, fornicios varios y autofelaciones con Manhattan de fondo. Ninguna de esas licencias visuales contribuye a nada notable que eleve el tono simple, cargante y, en ocasiones, burdo en este film desprejuicidado y ufano de su etiqueta de porno narrativo o inteligente, pero hueco, enfangado en una deriva metafísica de saldo de baratillo, donde los personajes diseccionan sus esquizofrenias, exorcizan sus vicios y hasta se infringen contorsionismos lúbricos tan sorprendentes que no sabe uno si asiste a una pedlícula o a un espectáculo cabaretero-circense para mayores ociosos y salidos.Toldo sea por negar la inhibición, por abolir el pudor, por psicoanalizar los polvos de madrugada con smooth jazz como lúdica almohada sonora.No sé todavía si el proyecto es sencillamente guarro o es exótico o es cine artie de resonancias hippies. No sé si es saludable esta militancia en lo voyeurista o hay alguna desviación estética ( no diré moral ) en el espectáculo abigarrado, soez y kitsch de este universo plástico de individuos telúricamente perturbados por la asfixia existencial del sexo.
Freud los pillara.
Sin ser un bodrio de film, es prescindible. Sin ser aberrante, es obscena. Como si a Woody Allen, en una paranoia hebreo-burlesca, se le ocurriera encabritar a sus tarados habituales y ponerlos a cabalgar mozas y mozos mientras la ciudad, al fondo, palpita como un feto colado por el jazz. En fin, no hay que ser excesivo. Cine, no obstante, agradecido porque estos tiempo de pudibundia y ataques frontales al relativismo moral van a terminar por cercenar lo que el film propugna festivamente: la festividad de la carne, el gozoso vuelo del alma carnal mientras la penetran.
1 comentario:
¿ es esta la peli de la alianza de las civilizaciones de nuestro inclito zp ? Responda, por favor.
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