Lo raro es que entre esos diez primeros hits no ande el amigo Coelho. No dudo que en verano saque un prontuario de recetas psicológicas para rebajar el stress, despertar las conciencias dormidas o afianzar el yo en estos tiempos de decaimiento moral y furibundos ataques de la relatividad, como dice el Papa. Libros reventones de aforismos, máximas y frases entrecomillables, de esas que ocupan conversaciones en la barra de un bar cuando ya se han agotado todos los posibles temas de conversación y los tertulianos andan enfrascados en asuntos trascendentes y en salvarle al mundo sus tesoros. Frases absolutamente demoledoras como ésa que dice:
" Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para queRafael Reig ( El Cultural de El Mundo ) sostiene que Hitler también pertenece a ese club de personas que someten al Universo a su capricho. Y el Universo se pliega a su capricho como madre que tutela los vicios de los buenos hijos. Quien dice Hitler, añado yo, dice Pinochet o Calígula o Pol Pot.
pueda realizar ese sueño".
De todas formas Paulo Coelho tiene en el puesto sexto La quinta montaña, publicada por Planeta. Propongo extracto del libro de marras:
"Dice Elías, el profeta:. En efecto, a veces el mundo parece que conspire
contra nosotros, y es entonces cuando nos preguntamos. Ante lo inevitable,
algunos se quedan descorazonados, otros, sin embargo, se hacen mas fuertes y los
sabios más aprenden. La quinta montaña esta inspirada en un pasaje de la Biblia
y cuenta la historia de un hombre, el profeta Elías, que recibe de Dios la orden
de abandonar Israel. En un mundo regido por supersticiones, conflictos
religiosos y tradiciones profundamente arraigadas, el joven profeta Elías deberá
enfrentarse a una avalancha de sucesos que le conducirán a un definitivo cara a
cara con Díos. La historia de este profeta se convierte así para los hombres
contemporáneos en una valiosa lección de esperanza. En varios puntos del libro
el autor lanza preguntas retóricas para que cada uno de los lectores que lo leen
puedan encontrar su propia respuesta. La que más destaca es: ¿hasta qué punto
podemos determinar nuestro destino?"
( Paulo Coelho )
Yo todo esto lo imagino así: que un lector precisa de una frase contundente y ejemplar para superar un acceso súbito de melancolía. Si este déficit mental le pilla en la cola de la charcutería a la espera de que le sirven cuarto y mitad de jamón de York, pues no hay problema. Coge el librito, que es de bolsillo, y acude al recetario. Deseo (pues) colmado.
Que se levanta uno almibarado y lánguido, a caballo entre el suicidio simbólico y la depresión vocacional, pues tira de librito y busca el trozo en el que se explican con todo lujo de detalles y en una prosa formidablemente convincente los restitutivos mentales idóneos. No duden que hay generosas raciones de prosa para todos estos malestares.
Sería injusto no citar en esta entrada al amigo Dan Brown, el padre del Código da Vinci y otras ficciones parecidas. Él y toda su cohorte admirable de genios consagrados en el arte de vender infamias sobre la Iglesia Católica y su fantástica historia de retorcidas metáforas y oscuros legajos destinados a revolucionar el mundo y a reventar de cuajo sus cimientos. Los sótanos del Vaticano celan secretos tenebrosos y ahí hay material para que el escribidor avispado, desvergonzado, amigo del argumento escabroso y cómplice de todas las profecías escritas durante veinte siglos por lo menos planee una obra magna, un novelón absolutamente revelador que haga tambalear los cimientos del Opus Dei o escandalice el refectorio de lectura de algún convento de Hermanitas de la Caridad. Encontramos entonces un inventario precioso de tópicos que van del reverso oscurantista de la fe al número secreto de Dios, como si el Altísimo - en su divina invisibilidad - atendiese a logaritmos neperianos y aritméticas del porvenir. Anticristos, descendencias del Nazareno y bastardías de los apóstoles completan el rico corolario de tramas a explotar. Coja usted una. No tema. El truco consiste en dar con una lo suficientemente escandalosa. La prosa, nada exigente, sale después sola, en fluido arrullo sintáctico.
El filón divino da réditos infinitos: Dios abastece de argumentos y son, a la luz del prolijo almacén de existencias en librerías, material goloso para construir, sin excesivo esfuerzo literario, novelas como churros. Añadir a la ecuación el nombre de un músico relevante o de un científico eminente asegura un éxito incontestable. Enigmas Vivaldi. Conjuras Poe. ¿ Que se acaban los nombres ? Enciclopedia al canto o wikipedia si no tiene a mano libros: Einstein, Rachmaninov, Chopin, Baudelaire o Churchill. Probemos:
Yo todo esto lo imagino así: que un lector precisa de una frase contundente y ejemplar para superar un acceso súbito de melancolía. Si este déficit mental le pilla en la cola de la charcutería a la espera de que le sirven cuarto y mitad de jamón de York, pues no hay problema. Coge el librito, que es de bolsillo, y acude al recetario. Deseo (pues) colmado.
Que se levanta uno almibarado y lánguido, a caballo entre el suicidio simbólico y la depresión vocacional, pues tira de librito y busca el trozo en el que se explican con todo lujo de detalles y en una prosa formidablemente convincente los restitutivos mentales idóneos. No duden que hay generosas raciones de prosa para todos estos malestares.
Sería injusto no citar en esta entrada al amigo Dan Brown, el padre del Código da Vinci y otras ficciones parecidas. Él y toda su cohorte admirable de genios consagrados en el arte de vender infamias sobre la Iglesia Católica y su fantástica historia de retorcidas metáforas y oscuros legajos destinados a revolucionar el mundo y a reventar de cuajo sus cimientos. Los sótanos del Vaticano celan secretos tenebrosos y ahí hay material para que el escribidor avispado, desvergonzado, amigo del argumento escabroso y cómplice de todas las profecías escritas durante veinte siglos por lo menos planee una obra magna, un novelón absolutamente revelador que haga tambalear los cimientos del Opus Dei o escandalice el refectorio de lectura de algún convento de Hermanitas de la Caridad. Encontramos entonces un inventario precioso de tópicos que van del reverso oscurantista de la fe al número secreto de Dios, como si el Altísimo - en su divina invisibilidad - atendiese a logaritmos neperianos y aritméticas del porvenir. Anticristos, descendencias del Nazareno y bastardías de los apóstoles completan el rico corolario de tramas a explotar. Coja usted una. No tema. El truco consiste en dar con una lo suficientemente escandalosa. La prosa, nada exigente, sale después sola, en fluido arrullo sintáctico.
El filón divino da réditos infinitos: Dios abastece de argumentos y son, a la luz del prolijo almacén de existencias en librerías, material goloso para construir, sin excesivo esfuerzo literario, novelas como churros. Añadir a la ecuación el nombre de un músico relevante o de un científico eminente asegura un éxito incontestable. Enigmas Vivaldi. Conjuras Poe. ¿ Que se acaban los nombres ? Enciclopedia al canto o wikipedia si no tiene a mano libros: Einstein, Rachmaninov, Chopin, Baudelaire o Churchill. Probemos:
- El enigma Lafayette
- La conjura Balzac
- El club Verne
- El infierno Tolstoi
En fin....
A coger folios en blanco, a empezar nuestra carrera literaria, pero no una respetable y digna de ocupar reseñas en los suplementos culturales del ramo. No. Una oportunista, fiera, homicida en su fondo. El alma humana precisa cura en estos tiempos de vértigo y de desazón moral. ¿ Tiene el lector fármaco verbal, remedio literario ? Bucay, Coelho y otros de parecida extracción comercial han dado con un filón enorme. La veta es infinita. Como lectores perdidos. Como almas en pena.
15 comentarios:
no he leido nada de coelho, pero bucay me parece un escritor sobresaliente, y encima da en la tecla de muchos de los problemas que aquejan a la soiciedad en la que vivimos
no me parece bien esta critica desmesurada
seguro que no ha leido nada de ellos y se permite escribir tan poco documentadamente.
lea, lea, y luego opine.
gracias de todas formas.
Oh, Dios. Es leer Bucay o Coelho y las migrañas acuden a mí en bandada.
Como te acabo de decir en el posteo de Spider-Man, algunos no son conscientes de ser una parodia en sí mismos. Lo peor es que los que comprar sus "libros" tampoco lo saben. Pobres.
Dios los cría y los pobres de espíritu los devoran. Así va el panorama literario en nuestro rico idioma. Lo copan avispados comerciantes que usan la palabra y la frase bien hilada. Todo tiene, no obstante, hueco en esta viña bibliográfica.
Saludos, alex
Yo creo que exagerais. Bucay no lo he leido. Coelho escribe bien. Es literatura que se lee con sencillez y da ideas que no vienen nunca mal. Exagerais y habrá gente que al leer lo que escribis no tenga el gusto de leer libros que tienen su valor. Yo al menos pienso asi de esta manera.
Christian Grenel dijo...
Yo creo que exagerais. Bucay no lo he leido. Coelho escribe bien. Es literatura que se lee con sencillez y da ideas que no vienen nunca mal. Exagerais y habrá gente que al leer lo que escribis no tenga el gusto de leer libros que tienen su valor. Yo al menos pienso asi de esta manera.
Bueno, Christian. Yo he leído a Coelho. Y como dices, no escribe mal. El problema es que no me importa lo que escribe. En cuanto a Bucay, nunca he podído progresar más allá de la quinta página de sus manuales de autoayuda mal llamados libros.
En cualquier caso, que no se entienda mi opinión como ofensiva para aquellos que les admiran. Por supuesto tienen todo mi respeto y el derecho de leer lo que les venga en gana.
menos mal que todos podemos opinar eso es lo que estos autores al final proclaman
la libertad
la idea de que todo es posible
de que el universo sí conspira
para que no se nos escapan nuestros sueños
Una discusión inútil: quien compra estos libros y son su literatura de cabecera no se va a dejar llevar por estos ataques ni tampoco va a sentirse mejor porqueotros piensen como él. Yo tuve una época Bucay y ahora no me interesa. También una épica Stephen King y otra El capitán Trueno y otra el boom sudamericano con Cortázar y toda esa gente. ¿ Y ahora ? Ahora leo blogs. Una fiebre.
Saludos a la peña discursiva.
corin tellado es literatura ? y marcial lafuente estafania ? Leer es lo importante . La cultura es inútil. Disfrutar del placer de leer no es pieza obligada para ser feliz. Asi que no hay que darle tanta vuelta a los nombres y sí disfrutar con las letras. Post buenísimo, pero comentarios ya excesivamente enrevesados.
Sigamos en contacto.
Pedro Llopart
No os dais cuenta: Dan Brown es el mesías y nosotros los feligreses. Viva el corte inglés.
Ni Brown ni Coelho ni Bucay ni ninguno que se os ocurra: el verdadero engañabobos es Antonio Gala. Habla mejor que escribe. Escribe muy mal. Es un juntador de palabras que no sale jamás del mismo sentimiento de pérdida trágica. Claro que en esto hay opiniones tantas como lectores. Yo, al menos, soy un lector y opino después de haber leido. ¿ Todos habéis leido a Coelho ? Lo dudo mucho. El código de Brown sí, claro, por supuesto. Y la película pesadísima. Se venden libros como churros porque la gente está ya cansada de pantojas en la tele. ¿? No sé. Tal vez. Es posible. O es mentira. No. Es mentira. No vayamos ahora a hacer aquí una trinchera contra la literatura de ocasión, la de saldo, de baratillo. Tiene su público. El Fary también canta y llena estadios. ¿ NO ? Vamos a ponernos ahora a cirticar a los fans del Fary ? Vamos muy lejos. Es gana de hablar por hablar. Quedáis todos desde hoy avisados. Jajajajajajajajajajajaja.
Todo es literatura. La hay buena y mala. Interesada en ventas e interesada en letras. No se puede muchas veces conjugar calidad con ventas. Antonio Gala no es un buen ejemplo. Es un dramaturgo de mucha altura. Un poeta sencillo, pero interesante. Un novelista de best-sellers. Como no tenemos muchos, está bien tener al menos uno de garantías. Y escribe columnas en El Mundo muy trabajadas. Minimalistas. Certeras. Como dardos. No seré yo quien pase por atacarle. No es santo de de mi devoción, pero le sigo y admito que es un más que convincente tertualiano. Escribe peor que habla. Eso puede ser. Gracias, de todas formas, por el intenso debate en este blog humilde. Que cundala charla.
Estáis perdiendo la chaveta.
El mejor autor en lengua española es Clark Carrados. ¿ Alguien se acuerda de Clark Carrados, el héroe de mi adolescencia ?
Tiro la piedra. Nadie la recoge ?
Me parece muy buen artículo y bien expresado. Tal vez te interese Estrategia y mente, libro virtual:
http://www.personal.able.es/cm.perez/estrategiaymenteres.pdf
Contiene temas tan interesantes como: El Arte de la Guerra (Sun Tzu y Sun Bin), Musashi, Mao Tse Tung, Gengis Khan, Samuráis, Ninjas, Atila, Guerra sin Reglas, El Príncipe y Del Arte de la Guerra (Maquiavelo), Clausewitz, Napoleón, Baltasar Gracián, Los Combatientes Bárbaros, Fouché, Grafología, PNL, Lavado de Cerebro, Lenguaje del Cuerpo, Poder Mental, Liderazgo, Persuasión, Negociación, Cómo ganar amigos e influir en las personas, Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, La Vía del Genio, Napoleón Hill, Negociar sin ceder, La estupidez humana, Ocho formas de ser listo, Trucos de seducción y sexo y mucho mas...
Mas sobre estos temas en
http://www.personal.able.es/cm.perez/
Clark Carrados y Joseph Berna, que eran españoles, creo. Ambos hacían pulp-fiction. Castillos en los Cárpatos con fantasmas de mentira, rubias de braga caediza que mantenían al personal lector lo suficientemente interesado en la trama.... Eran novelitas de pocas páginas en libritos no mayores que una mano. La misma colección que Estefanía. Ahora ya no hay libros de esos. Quizá sea bueno que no los haya pero mucha gente ha tenido en esta literatura de serie B la única literatura que ha caído en sus manos. Hay abuelillos que todavía las devoran. Se ven en muchos bancos. En los parques. Gracias, Víctor, por el comentario.
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