Krzysztof Kieslowski dejó tres guiones de títulos de reminiscencias bíblicas. El bosnio Tanovic recupera la visión humanista del autor de la Trilogía / Tres colores. La historia de tres hermanas que vivien el padecimiento de un devastador episodio infantil (el padre recién venido de la cárcel, rechazado por la madre y suicidado) permite la construcción de un sólido drama que haría disfrutar a Freud. La inocencia rota, el desencanto vital y el dolor como telón de fondo de una vida conducida por un secreto que poco a poco va retorciendo la existencia de esas hermanas.
La visión de Tanovic es triste: no hay esperanza en el mundo que dibuja. La familia subsiste a trompicones o no lo hace y las circunstancias, la rutina o el azar conducen a que pensemos que hay vida dentro de esas mujeres y que los sentimientos que explicitan las van a unir al fin y al cabo.
Las fórmulas cromáticas de Kieslowski las usa Tanovic para reflejar la intimidad de cada hermana ( azul, rojo y blanco/verde) y también recurre a la simbología sobre el paso del tiempo. Algún exceso de palabrería lastra la fluidez de unas imágenes que ya cuentan por sí solas. La anuencia de la incomunicación no se refleja en un discurso teatral cargante, en ocasiones. Quizá por eso la cinta me resultó fría, alejada de cualquier apasionamiento. Una de esas películas incómodas que te atrapan, pero quieres soltar porque no aceptas lo que dice.
La vida es hermosa y se atraganta a veces con malos tragos, dicho burdamente, pero el infierno no debe ser la familia. Y eso, al cabo, es lo que Tanovic nos viene a contar. Su mirada hacia los temas fundamentales de la existencia humana ( paternidad, incomunicación, familia, amor, deseo, suicidio, fraternidad incluso.... ) está barnizada de un pesimismo académico. No estamos ante una obra sincera, escrita desde el corazón: se atisban ecos de la cinematografía de Bergman y del propio Kieslowski, claro, pero para quien no haya visto nada de esos dos cineastas prodigiosos, El infierno es una obra presuntuosa, que proviene de un hombre curtido en la guerra ( En tierra de nadie ) y en otro tipo de infierno más evidente, más carnal... Éste es, en el fondo, el orígen del otro. Tal vez los males de este mundo provengan del silencio de la familia. A Tanovic le debió atraer este universo de mujeres tan grato a nuestro Almodóvar tras haber triunfado con un cine de hombres, bélico y nada intimista por el que recibió incluso el Óscar a mejor película de habla no inglesa.
El elenco femenino es magistral: Emmanuel Beart y una avejentada Carole Bouquet están espléndidas.
Como dijo el propio Tanovic en alguna rueda de prensa: que el infierno estaba en casa, que no había que irse a Afganistán ni a las calles de Bagdad para verlo de cerca.
Toda la razón.
1 comentario:
Un coñazo de pelicula. Empecé a verla bajada directamente de la burra y tardé media hora en pararla y un minuto más en borrarla. Tediosa. Aburrida. Larguísima. No estoy hecho yo para exquisiteces de estas, pero tampoco soy un animal. No necesito yo cosas tan pensadas para elevar mi cultura ni mi animo ni mi felicidad. El cine es esto tambien pero yo pido otros entretenimientos. ¿ Puedo ? ¿ Estoy en mi derecho ?
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