23.5.07

Que la vida iba en serio...

Que la vida iba en serio se descubre siempre tarde. Jaime Gil de Biedman acude a la conversación. Recordamos entonces su cara de vividor de balneario, su vida pródiga en milagros. Ya se sabe de qué hablo: los versos, el temblor diario ante el asombro de la belleza. Todo eso tan escaso y, sin embargo, tan imprescindible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...