Comprar agota, saber que lo comprado requiere una atención posterior. También la sensación de que no se les da a esos objetos el afecto con el que nos decidimos a poseerlos. Cuanto más cosas se tienen, mayor es la certeza de que no nos hacían falta. Acumular y correr: ese es el signo de este tiempo. Un estado fluido de pertenencias que no arraigan. Un creer que tener es mejor que saber. Y no sabemos y seguimos corriendo. Nadie lo diría.
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