A lo que la razón no da registro le llamamos misterio. Algunos, una vez expurgados, siguen conteniendo una parte a la que no podemos acceder. Incluso, franqueada esa parte, en la creencia de que hemos resuelto su arcano, permanece la sospecha de que algo se nos ha resistido y continúa oculto. A veces sucede que es uno mismo el misterio: lo portamos sin noticia de su peso, hacemos que trasiegue con nosotros sin atender sus requerimientos, que podrán ignorarse a tiempo completo. Esa metafísica doméstica no precisa mayor elucidación: la caja está vacía porque es esa orfandad de objetos la que demanda el rigor de nuestra sensibilidad o de nuestra voluntad de perseverar en la búsqueda. Uno mismo es una caja de la que no sabemos nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Rosendo, Chuck Berry, mi padre
No sé si estoy en lo cierto Lo cierto es que estoy aquí Otros por menos se han muerto Maneras de vivir Maneras de vivir, Leño, 1981 Uno no...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hay cosas que están lejos y a las que uno renuncia. Tengo amigos que veré muy pocas veces o ninguna. Tengo paisajes en la memoria que no v...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario