Son inefables las respuestas. Ni siquiera dar con las palabras que respondan cuenta, produce algún tipo de alivio mayor que el de perseverar en esa fértil ignorancia que tenemos ante ellas. Y por mucho que hayamos hablado y escrito desde que las formulamos, no hemos satisfecho ninguna de las grandes preguntas. Solo nos regocija la dulce incertidumbre.
18.1.25
Historietas de Sócrates y Mochuelo / 16
Son inefables las respuestas. Ni siquiera dar con las palabras que respondan cuenta, produce algún tipo de alivio mayor que el de perseverar en esa fértil ignorancia que tenemos ante ellas. Y por mucho que hayamos hablado y escrito desde que las formulamos, no hemos satisfecho ninguna de las grandes preguntas. Solo nos regocija la dulce incertidumbre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Historietas de Sócrates y Mochuelo / 16
Son inefables las respuestas. Ni siquiera dar con las palabras que respondan cuenta, produce algún tipo de alivio mayor que el de persevera...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hay cosas que están lejos y a las que uno renuncia. Tengo amigos que veré muy pocas veces o ninguna. Tengo paisajes en la memoria que no v...
No hay comentarios:
Publicar un comentario