La Reina Isabel II ya tiene e-mail. Esta regia secuela, vestigio o tótem fabuloso de las Monarquias Europeas de más alto abolengo también tiene Ipod. No sé de cuántas gigas o si reproduce video. Ignoro si escucha a The Jam o los Conciertos de Brandeburgo, pero me satisface comprobar que hasta la realeza cae en los vicios terrenales que a todos nos hacen la vida más feliz. Parece, a lo leído, que también manda sms a sus nietos. A los 81 años, reina, ama de casa o ex-profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, es todo un logro, una concesión a los libertinajes de este mundo que le parecerá, sin dudarlo, extraño, frívolo y, en estas última decada, incluso alocadamente revolucionario, pero la revolución no la escribe el pueblo ni suscita himnos ni revueltas en las calles. No hay trincheras ni mayos de ningún 68. Los trovadores acuden ufanos a las tertulias radiofónicas a contar batallitas o se juntan en lírica comandita para hacer una turné por las provincias y redondear alguna cuenta corrienta deficitaria. Ahora la revolución tiene la carcasa negra o blanca o rosa de un Ipod de 30 gb. Su adalid es Steve Jobs, la cabeza de Apple. Me vale también Bill Gates, el cabezón de Microsoft. Los dos me tienen entretenida a la reina Isabel II, que está fascinada con la posibilidad de poder tutear a sus nietos en últimas tecnologías. Me imagino que asuntos oficiales obviarán estas frivolidades y el timbre real con su lacre y su nerviosa caligrafía historiada tendrán su lugar preeminente. Hasta el Daily Mail, difusor de la noticia, ha insinuado que tiempo al tiempo, que igual en unos años de vida la Reina se engolosina con estos cachivaches al punto de renunciar a hábitos históricos. Claro que siendo tan tabloide y tan frivolón el periódico inglés....Qué lejos queda aquel Miguel Strogoff. Cuánto corren los tiempos, ¿ verdad, Isabel ?. Si yo pudiera escribirte un e-mail, si de alguna forma el azar me regalase la secreta combinación de dígitos y letras separados por la inevitable arroba y continuados por el servidor que Su Majestad tenga a bien elegir... ¿ Elegir ? Soy un ignorante o un inocente. Será algo así como thequeen@the queen.co.uk. Falta el hacker virguero que atrape los correos al vuelo digital y tenga la amabilidad de hacerlos públicos, y no se tome esto como ninguna incitación al delito. Ahí estará parte de la Historia de ese noble y valeroso pueblo. Ni la estupenda película de Stephen Frears ofrece un perfil más íntimo. Mientras tanto mi corazón se congratula con estas noticias tan formidables. Todo viene a insistir en algo que ya sabíamos: que no nos iguala la muerte, como cantaban los poetas de la Antigüedad. Lo que nos iguala es Microsoft. O Apple. O algunos el famoso cuarto de libra con queso. Así está el mundo y no sabemos, no hace falta, preveer a qué sofisticados niveles de perfección tecnológica va a llegar.
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8 comentarios:
Qué artículo más sutil. Es verdad que ya no hay tantas diferencias sociales, pero todavia quedan algunas. Que la reina lleva ipod es´tá muy bien y se le puede sacar mucho partido mediático pero todavia están algunos privilegios aunque no tenemos derecho de pernada- K te lo pases bien
Sencillamente... fantástico.
Es cierto que a todos la muerte nos iguala. Y ahora el ipod y el cine por cable y las hamburguesas big mac. Llevas toda la razón entera.
Siempre ha habido asuntos que han igualado a diferentes clases sociales. Ahora hay algunos más. Tenemos más patrones, más oferta, más neón en las calles.
Como una maldición, a mí Christina me volvía loco. He!. Pero es que al ver ciertos fotogramas...me da hasta grima la historia. Y luego es que al L. Jackson ...
a veces está tenso... ¿no?
qp
Lo siento, este blog baila
qp
¿Blog que baila ? No acabo de comprender.....
nada que intentaba comentar en un tema, se movía sólo una vez cargado y la respuesta ha recaido - como puedes ver- en este otro.
qp
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