Malograr al Motorista Fantasma con esta gamberrada con presupuesto no tiene perdón. Da igual que Nicolas Cage se coloque la chupa de cuero, arranque la moto fardona y arda como una mascletá yankee. Da igual que los chapuceros encargados de vendernos este bodrio hayan jurado por Mefistófeles que aman la Marvel Comics Group. Lo que han hecho es enfangarla, estropear una buena oportunidad - la que se le dio a Spiderman o a la Patrulla X - para que el mito del cómic llegue a un público nuevo, aunque imagino que la caterva de adolescentes apostados en las colas no van a exigir demasiado y sus caras al salir serán resplandecientes y gozosas. La mía, que dista ya hace unas décadas de tener acné, no ha pasado del pasmo. O tal vez decepción porque yo, como Cage, soy fan devoto de la Marvel y albergo siempre el noble deseo de que no estropeen esos nobles materiales que condujeron mi infancia hacia mi adolescencia y que ahora, en formatos diferentes, tutelan la infancia de mi hijo hacia la suya. En cualquier caso, el perpetrador de esta infamia flamígera (Mark Steven Johnson ) avisaba ya de su mediocridad cuando puse en cartelera Daredevil o la todavía menos digna Elektra. Ahora se ha limitado a escribir ( polifacético el muchacho ) un guión calcado del cómic al que no ha aportado nada personal. Lejos de estos niveles creativos la estupenda El Inolvidable Simon Birch, pero la inspiración se fugó como no tuvo, a lo visto, reflejos o ganas para una persecución en regla.
Este Ghostrider tiene, no obstante, un nivel técnico notable, qué menos. El motorista arde creíblemente, vaya frase. Lo malo es cuando no hay combustión: ahí todo es lánguido, soso, mal traído y peor presentado. Las historietas pseudo-religiosas activan mecanismos místicos que ya no comparto, pero no tardo en entender que hay público ávido de estas fanfarrias apocalípticas entre el día del juicio final y la llegada del anticristo: ecos de Dan Brown para mentes modernas. De todas formas la historia original del acróbata Johnny Blaze vendiendo su alma al diablo es setentera y no es justo embadurnarlo todo con estas especulaciones religiosas de nuevo cuño.
Para hacer más alta la pira expiatoria añadir que los diálogos son ridículos, aunque uno tiene la confianza de que toda esta morralla de parlamentos ha sido escrita mal a posta para darle un toque ¿paródico? a la farsa.
Peter Fonda cerca de una moto parece Easy rider, pero aquí se arrastra penosamente y no da en ningún momento la impresión de acojonar al personal en su rol del mismísmo Diablo. A Eva Mendes me la visten como si fuese a reventar las camisas por su audacia mamaria y Nicolas Cage, nótese que he dejado al amigo para el final, no pone empeño alguno en ser actor y se limita a ejercitar unas muecas horrorosas que no dan al atormentado Blaze trazas faciales de estar verdaderamente bajo las cadenas del tormento.
Hace mucho tiempo que el sobrino del maestro Coppola no da la talla en una pantalla grande
( Adaptation, El hombre del tiempo ) porque Wicker Man y World Trade Center son penosas evidencias de su pasotismo dramático.
No se debe pasar por alto la falta de ambición del film en aspectos muy puntuales: la poca riqueza de los malos. El Motorista se los merienda en un abrir y cerrar de espita. O ese cabalgada en el desierto ( ay ese aire a cómic ) hacia el pueblo polvoriento y espectral con los dos jinetes en llamas a lomos de sus respectivas grupas. Hasta el Villano Terrible es risible: qué falta de coraje, qué poco entusiasmo. Y no son argumento las finanzas: se ven holgadas a la hora de manejar truquitos digitales y otras triquiñuelas de cara a la galería y a los maravillosos trailers. Aquí hubiese bastado, de haberlo sabido, ver el que la publicita. Nos hubiésemos ahorrado tanto.
Vendrán mejores tiempos y nos traerán otros héroes y otros villanos. Mientras tanto me voy a la estantería y me pongo para este noche Depredador. John McTiernan en sus mejores tiempos. La única película de Schwarzie salvable. La apoteosis del cine de acción. Un héroe de casta, racial, corajudo y preparado: sin místicas ni amores perdidos. Un villano cabroncete y perfecto: no hablaba.
4 comentarios:
Yo leí tebeos del Motorista Fantasma, que así se llamaban. Ahora resulta que traen la pelicula y lo llaman Ghost Rider. Aquí ya hay camelo. Por otro lado, Nicolas CAge me parece un simple de mucho cuidado. Es verdad que ha hecho 2 buenas pelis, a pesar de su Oscar. ¿ Leaving Las VEgas fue ?
La cinta es un rollo intragable, Emilio, claro que sí. A ver si hay gente que leyendo esto no peca como tu o como yo y ahorra los euros o como dices pierde o gana el tiempo viendo otra cosa. La mia esta noche, te voy a imitir, no es Depredador, que tampoco me entusiasma. Es Los santos inocentes. Me ha apetecido mucho. ¿ La conoces ?
Un saludo
Menudo bodorrio, que me bajé, ya que me negaba a pagar por ello.
Santísima mierda de vaca (perdón por la expresión)pero es que todavía intento recuperar mis neuronas.
Y es peliquin ¿que?, es lo mejor que aporta Cage.
También yo me limité a tirar de burrita. Menos mal. Dedicaremos esos euros a asuntos menos humilantes.
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