Reventona de tópicos, preñada de lugares comunes, nunca mejor dicho pues la película va de embarazos psicodélicos y maldades maternales elevadas al paroxismo y a la locura, Trastorno establece un muy corto diálogo con el espectador, que va siempre por delante y conoce, en todo momento, los vericuetos por donde va a ir la trama y la forma en que el director se desembrolla para que, al final, todo sea bonito y salga uno del cine con cara de haber pasado un rato bueno. Y no es que éste sea malo de condena. Podía haber sido peor, por supuesto. Hay un plantel decente de actrices que aquí la pifian con nota alta. Ingrid Rubio no cuela como maníaca homicida y Najwa Nimri está como ida, desatendiendo todo rigor en la caracterización de un personaje que podía haber dado algo más de sí.. Su historia de embarazos intercambiables no es casi nunca creíble. Y el guión, temo ser excesivamente pesado pero creo que me asisten todas las razones del mundo, es el pilar fundamental de un cineasta cuando no se es un genio ( los ha habido y han prescindido soberanamente de una trama para hacer productos imperecederos: ponga el lector nombres. Yo doy a Kubrick, a Eisenstein, a Tarkosvky, por citar casos lejanos en modelos y culturas ).Es inevitable traer a la memoria La mano que mece la cuna porque los argumentos parten de presupuestos parecidos, pero la cinta de Curtis Hanson, no siendo ni mucho menos maestra, convence por la sobriedad de los actores y la lenta y casi artesana concatenación de acontecimientos que van conduciendo al espectador al desenlace final.
Trastorno se malea bien temprano: desbarata toda posibilidad de interés cuando los convencionalismos narrativos se suceden sin rubor alguno. Los abundantes cliches de la cinta suscitan aburrimiento porque, como suele suceder, esta es la película que, sin verla, ya hemos visto muchas veces. Tiene ecos de Qué fue de Baby Jane ( sobre todo en el tramo final ) y esa mediocridad perdonable de capítulo de telenovela bien hecha ( que supongo que habrá ) por lo que Trastorno tiene su público, pero no es un público cinéfilo, que gusta de ser sorprendido y que ha visto ya tanto cine que se las ve venir incluso con los ojos tapados. Carente de inspiración, lastrada por un guión simple, el film contribuye el escaso palmarés creativo de nuestro cine en el thriller, aunque ya vamos tomando vuelo con directores tan solventes como Jaume Balagueró, Enrique Urbizu o Paco Plaza.
1 comentario:
Sinceramente me niego a ver algo con Nimri, pero como soy muy abierta y mu maja, daré un oportunidad a cualquier película en la que salga ésta chica que dice ser actriz y que tenga buenas criticas (eso va a ser difícil)
Ahora es cuando el Señor Calvo, me dice que Najwa es prima suya, amiga suya o algo parecido.
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