1.4.07

EL BUEN ALEMÁN: Don't play it again, Sam




Esta impostura que se acoje al blanco y negro y tributa un homenaje aparentemente cinéfilo a la inmortal Casablanca es, en el fondo, un fallido intento de reverdecer el espíritu vintage de la época, sus texturas brumosas, el logo de la Warner descromatizado y el aire entre lo nostálgico y lo filantrópico ( amor al cine, se puede entender ) de la obra de Soderbergh. Lo que llega más tarde de este El buen alemán es una pesada historia de espionaje, en el que no hay buenos ni malos sino personajes alojados en un tiempo extraño, de construcciones morales reventadas por la guerra y un empeño multinacional por reedificar lo que devastó la barbarie que ellos mismos forjaron.La supervivencia, el estraperlo de los sentimientos, la dura batalla de la guerra fría recién inventada, generan un guión espeso y poco asequible para el espectador, que termina levemente interesado ( cómo no ) pero lastimosamente atribulado por la congoja de este guignol de trazas políticas que acude a los patrones del género ( el romance, las mentiras, los diálogos trabajados ) y los acelera al runrún de estos tiempos de ahora de modo que la impresión es francamente tristona. Sale uno como deprimido del cine, sin haber asistido a nada concreto. En todo caso, a una pragmática evidencia del instinto del hombre por acomodarse a las inconveniencias de su propia locura. De ritmo cansino y lastrado por un cúmulo en ocasiones improcedente de pequeñas tramas laterales poco relevantes, la película cuida mucho más la forma que el fondo. Suele ser norma de este director y todavía no ha hecho película en donde sea el argumento el que conduzca las imágenes y no al reves.El recurso de intercalar escenas documentales en la trama la hace un poco más soportable así como el esfuerzo actoral de un casting comprometido, pero George Clooney está sobredimensionado en su papel, hace lo que no debería ( pudiendo evitarlo como suponemos sabe ), esto es, sobreactuar, conferir a su rol una evidencia de dramatismo, de falsedad. No le ocurre esto a CAte Blanchett, cada día más clásica.

1 comentario:

Ramón Besonías dijo...

Un saludo desde OjO de buey. Aquí os dejo un extracto de mi crítica:

No requiere mucha astucia ni amor cinéfilo reconocer en El buen alemán su carácter de homenaje a aquellas películas que allá por los cuarenta y los cincuenta (sobre todo de la Warner), en un riguroso blanco y negro, con personajes y música fácilmente reconocibles, retrataban bajo el telón de fondo de la Segunda Guerra Mundial los amores difíciles de sus atormentados protagonistas, sin desmerecer entre tanta tragedia una mirada melancólica y romántica sobre los amores imposibles. De seguro que Soderbergh disfrutaba de esas películas cuando de joven sonreía en la oscuridad de una sala de cine en su Atlanta natal. No es de extrañar que sea él mismo el director de fotografía de muchas de sus películas.

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http://elhilodepenelope.blogspot.com/2007/04/el-buen-alemn.html

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