15.4.07

Valkirias sobre el Mekong



Cuando Woody Allen oía a Wagner, le entraban ganas de invadir Polonia. Algo parecido debió suceder con Vietnam. Quizá todo fue una alucinación colectiva suscitada por la malignidad de una melodía.

2 comentarios:

Luis Ricardo dijo...

Me has ganado de lector.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Encantado por la ganancia. Yo he visitado tu página y también he encontrado un nuevo rincón a donde acudir en momentos de zozobra digital. Saludos. Agradecido por la visita. De corazón.

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.