Hace catorce minutos que acabó el Día del Libro. Murió sin que sepamos si alguien abrazó verdaderamente el amor por la Literatura, aunque se acercara a alguna librería y echase mano al bolsillo para comprar un libro. Nada de esto podemos saber. En todo caso, hace catorce minutos - ya quince probablemente - que empezamos el Día Siguiente al Día del Libro. En fin. Yo, para incomodar la rutina y las obligaciones, no he comprado hoy ninguno. Mañana, tal vez. Inventos para ocupar reseñas en los periódicos y entradas en las bitácoras. Arriba cuelgo el inmortal poema de Edgar Allan Poe "Annabel Lee": de su puño y su letra. Y ahora cierro el blog y cojo un libro de cuentos y me voy a la cama a leer El gato negro. Así haré. Hasta mañana, amables lectores.
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