A mi amigo Antonio Sánchez Huertas
En mi amigo Antonio
En mi amigo Antonio
abrevan
provincianas, elementales bestias,
alucinados ángeles de su verbo claro.
provincianas, elementales bestias,
alucinados ángeles de su verbo claro.
Siendo como es
dios de su gongorina prosa,
abruma, en ocasiones,
con su parlamento,
y remotos pájaros
le vienen en bandadas,
improvisados y únicos,
y con ellos departe
sobre demiurgos y tanques.
Complacido de su secreta causa
y ufano de itinerarios y laberintos,
mi amigo Antonio
celebra el tiempo acodado en una barra de bar,
minucioso y sencillo, feliz y glorioso.
Se deja así
vivir
ordenando el tráfago del día
en cervezas,
en periódicos,
en un hijo bonito
que le trajo el Atlántico,
en esposa
cómplice en vuelos.
Este poema nos ocupará, bien lo sé,
largas conversaciones en Espuma's,
que ya no existe.
y ufano de itinerarios y laberintos,
mi amigo Antonio
celebra el tiempo acodado en una barra de bar,
minucioso y sencillo, feliz y glorioso.
Se deja así
vivir
ordenando el tráfago del día
en cervezas,
en periódicos,
en un hijo bonito
que le trajo el Atlántico,
en esposa
cómplice en vuelos.
Este poema nos ocupará, bien lo sé,
largas conversaciones en Espuma's,
que ya no existe.
( Sin fecha escrita, recuperado del limbo de los papeles olvidados: contiene una corrección )
No hay comentarios:
Publicar un comentario