14.2.07

LOS AMIGOS DE PETER : With a little help from my friends





En Los amigos de Peter concurren circunstancias muy favorables para que la impresión de su visionado sea excelente y dure lo suficiente como para que la película sea recordada con un cariño especial. La primera es un reparto deslumbrante: Kenneth Brannagh, que dirige, Emma Thompson, su esposa entonces y el siempre eficiente Stephen Fry, visto recientemente en Hijos de los hombres, que son tres de los mejores actores británicos de su generación. Luego está el primoroso guión de Martin Bergman, Rita Rudner y el propio Brannagh, que bascula entre la comedia a lo Woody Allen ( diez amigos se reunen tras diez años en casa de uno de ellos, el tal Peter, Stephen Fry ) y la mirada ácida, sentimental, burlona, más escorada al drama a lo Woody Allen también ( los diez amigos no sólo se cuentan batallitas y hacen chistes sobre la vaginitis de la hija del presidente sino que le meten los dedos en la boca y rascan allá donde el picor después muta en daño ).La película se beneficia del estado de gracia del reparto, pero también de la implacable evidencia de que los sentimientos y las confesiones que afloran en esa reunión en casa de Peter ( y su luctuosa conclusión inaplazable ) son asequibles a cualquier corazón sensible, íntimamente trenzados a su propia experiencia vital.No precisa Los amigos de Peter la maquinaria abigarrada de otros filmes de Brannagh, tan amigo del bizarro verbo shakesperiano y de las complejas estructuras narrativas como En lo más crudo del crudo invierno o el Frankestein de Mary Shelley. Al modo en que Love boat, aquí Vacaciones en el mar, abría su andanada frivolona de amores de crucero caribeño, de pequeñas orgías del azar, el film de Brannagh descubre también un muestrario apetecible,

predecible, es cierto, pero sincero, de arquetipos, que van configurando la concatenación de revelaciones, confesiones y decepciones que lastran a Peter a confesar, al final, lo que verdaderamente atenaza su corazón y todos saben / todos sabemos a qué viene la función.

Brannagh renuncia a su querencia al texto vitaminado de epítetos y rimbombancias para ofrecer un entretenimiento dignísimo que, en ocasiones, bien pudiera confundirse ( y eso es una loa ) con un episodio suelto de la BBC para televisión, pero que vemos con agrado, plácidamente conmovidos por la riqueza de unos personajes desafectados y cuerdos, sinceros, agarrados a la vida, lúcidos y cercanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ma parece muy buena la critica de la película. Mi Blog (www.amigosdepeter.nireblog.com) está inspirado en el espíritu de esta película, que me parece muy cercano a la confidencialidad que se produce en los blogs, a pesar de su "frialdad tecnológica".
Enhorabuena también por la página y sus contenidos...

La gris línea recta

  Igual que hay únicamente paisajes de los que advertimos su belleza en una película o ciudades que nos hechizan cuando nos las cuentan otro...