Ópera prima de Jean-Pierre Jeunet, luego reconocido por otras obras de más impacto mediático ( Amelie, Largo domingo de noviazgo, Alien), pero menor calado cinematográfico, Delicatessen es una historia de amor entre caníbales. Ya se advierte el carácter juguetón, naïf casi, del film en sus delirantes títulos de créditos.
Luego la historia es ya clásica en el reciente cine europeo, tan huérfano de películas de este cuño ( aquí tenemos a Guillermo Fesser que facturó El milagro de P. Tinto y Las aventuras de Mortadelo y Filemón a remolque de esta Delicatessen fundacional ; más alejadamente La comunidad de Alex de la Iglesia )
Ha habido una especie de cataclismo nuclear o algo parecido y estamos a las afueras de París. Se alza un edificio cochambroso en el que vive una curiosa y consentida comunidad. El carnicero que regenta el negocio de los bajos los va matando y da por pollo o por vaca lo que no deja de ser carne humana. Todos consienten el desmán porque hay necesidad de comer y nadie cree que vaya a tocarle en desgracia ser el próximo. La llegada al edificio de un artista de circo en busca de su jefe trastoca la rutina y obliga a todos los inquilinos a replantearse la cadena trófica. El artista se enamora de la hija del carnicero, que representa justo lo contrario que su padre, en parte porque es vegetariana.
No revelo nada relevante con esta sinopsis leve ( no siendo yo amigo de escribir nunca detalles del argumento porque no éste el sitio ni a mí me place destripar lo que no debe saberse ), pero evidencio la surrealista maquinaria narrativa de Jeunet.La comicidad del film se sustenta sobre trazos gruesos de humor tan burdo como efectivo.
El barroquismo de las escenas ( que es, con mucho, el atractivo fundamental de la película ) fascina tanto que estamos durante unos pocos días ( y con todas las películas que en esos días podamos ver ) contagiados de las extravagancias plásticas de un artista genuino y perverso, quién sabe si antaño lector de alguna edición francesa de 13 Rue del Percebe de nuestro inmortal Ibáñez. El edificio se antoja, comido por la bruma, castillo gótico poblado de fantasmas. ¿ O es que sus habitantes no lo son en realidad ?La truculencia de su propuesta se aligera con la historia de amor y la humanidad del payaso, pero pesa mucho más el expresionismo, la distorsión de la luz, cierta capacidad hipnótica de conciliar realidad y fantasía, lógica y desorden en un puñado de excelentes imágenes.
Jeunet saltó a los EEUU para rodar un Alien: los prodigios quedaron en Francia. El autor no voló: no pudo escribir su particular imaginario simbólico. Aquí explota en cada rincón de la casa, en los gestos de todos los personajes.Delicatessen es cine apocalíptico, escatológico, hermoso en su herrumbre, mezcla poética de cómic perverso y cuento de hadas moderno, de cine negro y de pastiche romántico.
La vi en su estreno, en sala grande, y me fascinó. La revisión, en pantalla de televisión, generosa, pero escasa siempre, no me ha defraudado casi veinte años después. He apreciado más la fastuosa y deliciosa música ( que realizan objetos inesperados como serruchos o muelles que rechinan ) y he podido ralentizar el vértigo de la acción, mirar detrás y detener la reproducción cuando se me antojaba. Privilegios del cine en casa, dice un amigo.Jeunet y Caro, su otro compinche en estas farras, se separaron poco después.
Si hay una película fantástica, en el uso más legítimo y lingüístico de este adjetivo, es Delicatessen. Si no la han visto, búsquenla. Hagan lo que puedan por sentarse dos horas y dejarse contaminar de esta locura maravillosa.
El film termina con una apoteosis visual inmejorable: el edificio, contaminado por la epopeya ridícula y trágica de sus inquilinos, se viene abajo.
addenda 1: la fotografía tan exquisita del film es obra de Darius Khondji, que luego trabajaría con David Fincher en la desasosegante Se7en.
addenda 2: Al morir una vieja, su hija se apena por no haber podido despedirse de ella. El marido, famélico, resuelve diciendo que todavía están a tiempo.
1 comentario:
Sin duda una gran película. Fue una sorpresa cuando su estreno y lo sigue siendo a cada pase. Imprescindible.
Saludos
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