De lo que se trata al fin y al cabo no es de administrar lo público y confiar a un razonable procedimiento de registro las incidencias y la abundante prosa técnica que genera el gobierno de la sociedad sino de inventariar el tedio. No lo dicen, pero ése es el motivo que los estimula. Tres escasas veces me he topado con un burócrata patológico, uno consciente del valor capital de su gestión detrás de la ventanilla. Funcionariado aburrido, carente de incentivos lúdicos en su trabajo, espoleado por el ominoso discurso del orden y de la estricta observancia de un rigor, el burócrata no alcanza a comprender la disfunción que le aqueja, esa ya inaplazable sensación de que el tiempo le ha pasado por encima como un cuádriga conducida por un gigante. Enfrente está el usuario. El que va de cristal en cristal mendigando una porción de cordura, un trozo de comprensión. Saben lo que digo. Una vez que se ha sentido ese dolor tan íntimo, tan cercano al absurdo más grotesco, tan kafkiano, no es posible acudir a una ventanilla en la que haya que entregar, sellar o compulsar unos documentos sin que un ramalazo de horror te sacuda la espalda. ¿Y si se repite ? Forges, como suele, lo borda.
9.2.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Prontuario de inocentes (César Rodríguez de Sepúlveda y Emilio Calvo de Mora)
El entusiasmo infantil muere al morir la inocencia. El niño permanece mientras ignora las reglas del juego. ******** El inocente ignora la...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Celebrar la filosofía es festejar la propia vida y el gozo de cuestionarnos su existencia o gozo el de pensar los porqués que la sustenta...
3 comentarios:
Bueno, quería felicitar por el blog, al que descubrí recientemente y estoy leyendo con gran placer. Lo he puesto en la sección recomendados de mi espacio elsurianaranjado.blogspot.com . En relación a la entrada, me gustaría hacerles llegar la letra de este tema muy pertinente del talentoso cantautor uruguayo Leo Masliah (¿Se conoce sobre él en España?),
Un abrazo desde Buenos Aires
"Empleada de Oficina que atiende al público", por Leo Masliah
Entiendo que me digas
Que acá no es
Que es en otro lado
Que no es acá
Pero yo te suplico
Que cuando me lo digas
No pongas esa cara
Ni uses ese tono
Como si solamente
El suponer que fuera
Acá que se atendieran
Esas clases de asuntos
Fuera tan increíble
Tan raro
Tan ajeno
A las leyes más simples de la naturaleza
Tené siempre presente
Que si una vez un día
Por orden de quien fuera
Esta misma oficina
Pasara a hacerse cargo
De esa clase de asuntos
Nadie se moriría
Ni el sol se apagaría
Los monos no hablarían
Ni el mar se secaría
Ni se derrumbaría la casa de tu tía
Entiendo que me digas
Que así no va
Que me falta la firma
de aquel señor
Pero yo te suplico
Que cuando me lo digas
No pongas esa cara
Ni uses ese tono
Como si el solo hecho
De no saber que existe
Acá ese requisito
Fuera tan degradante
Tan bobo y vergonzoso
Atrevido, ignorante
Tan falto de cultura
Y tan desubicado
Tené siempre presente
Que si una vez un día
Por orden de quien fuera
O por otras razones
Dejara de exigirse
la firma de aquel tipo
nadie se afligiría
Ni el pan aumentaría
Ni nadie aboliría
La dactilografía
Y no se rompería la tele de tu tía
Entiendo que me digas
Que hay que traer
Cierto certificado
Cierto papel
Pero yo te suplico
Que cuando me lo digas
No pongas esa cara
Ni uses ese tono
Como si tu existencia
Y la de tu familia
No fueran en el fondo
Mas que una consecuencia
De algún certificado
Flamante y poderoso
Honrado con la firma
De Dios o de tu jefe
Tené siempre presente
Que si una vez un día
Por orden de quien fuera
O por capricho propio
El trámite dijera
No más certificados
La iglesia no diría
Que es una herejía
Ni las peluquerías de golpe cerrarían
Ni se marchitarían las plantas de tu tía
Entiendo que me digas
Que espere allá
Que espere que me llamen
Sentado allá
Pero yo te suplico
Que cuando me lo digas
No pongas esa cara
Ni uses ese tono
Como si este minuto
En el que me atendiste
Te hubiera resultado
De tal modo molesto
Que no te arriesgarías
Ni por nada del mundo
A prolongarlo un poco
Hablando de otras cosas
Tené siempre presente
Que si una vez un día
Por orden de quien fuera
O por desobediencia
Alguno se quedara conversando contigo
No se te ensuciaría
De borlas las encías
Ni la categoría se te encallecería
Ni se despeinaría
El perro de tu tía
Gracias por los elogios. Se trata únicamente de escribir sobre lo que a uno le gusta, que se ve, el cine, los libros, la música... Me ha gustado mucho el poema, que no conocía. Repito las gracias. Ya he cogido tu página. Un abrazo.
Es:
"No se te ensuciarían
De portland las encías"
Por el cemento Portland que se fabrica en Uruguay y tiene impresa esa palabra en las bolsas, portland es virtualmente usado como un sinónimo de cemento en el habla cotidiana.
Una cosa propia de obreros de la construcción, que horrorizaría a la caricatura de empleada que realiza Leo.
Publicar un comentario