12.2.08

¿Blogger del día?


Nonasushi, una chica española que vive, trabaja y sobrevive a la comida british in London Town ha tenido el detalle de concederme el galardón de ser uno de sus blogs favoritos sobre cine. Me pide que yo haga lo propio y marque cuáles son los míos. Hace no mucho tiempo hice una especie de rendición a esas páginas a las que entro con temblor místico y contenida envidia, páginas afínes a ésta mía que me entretenienen o me procuran el júbilo y el asombro con el que me voy manejando para disfrutar (más) de los dones de la vida, que diría el inspirado poeta. Lo llamé El kiosko del espejo y a lo escrito entonces únicamente tengo que confirmarme ahora. Ésos son mis premios si es que yo puedo arrogarme esa facultad de premiar, por supuesto. Sigo siendo devoto lector de esas páginas que me iluminan cuando el tedio invade mi ocio y que me dan (insisto) la sencilla alegría de disfrutar con el talento y el trabajo de gente ajena, desconocida en todos los casos, pero cercana por cuanto escriben y sienten las mismas pasiones de las que escribo yo. Una especie de sana hermandad del vicio, eso somos. Así que Nonasushi y los lectores que han acudido tarde a este Espejo de los sueños pueden picar en el link de azulito y volver a lo que entonces señalé. Los blogs aludidos siguen ahí: a cubierto de tempestades, virus y demás miserias de la cultura tecnológica. Algo así me pedía Nonasushi: espero haber cumplido. Le he contado mi agradecimiento por haber sido uno de esos escasos (ay qué respondabilidad) elegidos. Espero que esté a la altura. Ella es una buena lectora. Por eso escribe uno. Ah no olviden entrar en su Butaca 4 (que lleva tiempo en mi columna de sitios de mucho interés) y disfrutar de una página desenfadada y sincera sobre cine y aledaños. Está escrita desde la pérfida Albion. Eso es muy importante. Yo sigo aquí a pie de fotograma. Por si un transeúnte quiere entrar y mirar el mobiliario.

1 comentario:

nonasushi dijo...

Gracias, sinceramente gracias
A seguir así.
Saludos

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.