El martes 9 de Junio de 1.987 TVE-1 programaba Estación Termini dentro de un ciclo dedicado a Jennifer Jones. Al acabar añadían un corto de once minutos (El puerto de mi ciudad), daban el Telediario 3, con su Teledeporte, y el inmarcesible Testimonio.
¿Alguien en su sano juicio mediático imagina que los jerifaltes de la depauperada y roma TVE - u otra del ramo privado, es lo mismo - conciba ahora un ciclo dedicado a Jennifer Jones? ¿ A las diez de la noche ? ¿ En el sinfónico prime-time? ¿En la primera cadena tal vez ? La época dorada en la que la cultura cinematográfica era mimada en la televisión ha devenido (prodigios del euro) en esta época tenebrosa, vacua, pestilente, en la que una jaca siliconada con ínfula de estrella anuncia a la engolosinada feligresía las veces que un torero de relumbrón la cubrió en una sola noche. Cuando no la cubre un torero le acortija la cintura un señorito feudal recién divorciado de una cupletista en horas bajas. Es lo mismo. Todo entra. Todo se aviene al negocio.
La práctica amatoria apesta por frívola y por indecente, pero no siempre la televisión acude a las cabriolas galantes de sus títeres sino que posee programas de extraordinario valor formativo. Ejemplo: Mira quién baila, un ejercicio de inclinaciones voudevilescas que ameniza los lunes por la noche el retiro familiar alrededor de la mesa camilla.
La práctica amatoria apesta por frívola y por indecente, pero no siempre la televisión acude a las cabriolas galantes de sus títeres sino que posee programas de extraordinario valor formativo. Ejemplo: Mira quién baila, un ejercicio de inclinaciones voudevilescas que ameniza los lunes por la noche el retiro familiar alrededor de la mesa camilla.
Caso de que uno muestre cierto interés en abonar el ocio con materiales más nobles debe soltar la pasta que los imperios del satélite solicitan por el intercambio.
Ya lo decían Les Luthiers: "Cultura para todos, en su horario habitual de las tres de la madrugada".
3 comentarios:
Madre mía, el guión de Estación Termini, madre mía, qué guión, jajajajaj, que tenía que estar prohibido por violencia de género.
Ay, Emilio, que no me puedo leer tu crítica de El "huerfanato" porque todavía no he hecho la mía. A ver si la termino, y le echo un vistazo para ver si hemos coincidido en algo, en mucho... o en nada.
Un saludo. Que hace ya mucho tiempo que no sabía nada de ti.
Yo crecí viendo aquel ciclo. Y el de Fritz Lang, el de Hitch o el dedicado a Chaplin, lo domingos por la tarde en la 2. Recuerdo también las madrugadas temáticas. Lunes dedicados a la comedia clásica (americana, preferiblemente). Martes para clásicos de toda índole. Miércoles para cintas europeas. Es más, aún guardo las cintas VHS en las que grabé "Duelo al Sol", "Jeanie" o "Desde que te fuiste". Las nuevas generaciones demandan otros productos y yo no soy quién para cuestionar sus gustos. Para eso están los canales digitales, y en su defecto, el vídeo.
En tiempos de corrección política aguda, como estos, vemos fantasmas a cada instante y en cualquie esquina. No hace mucho, leí que una mujer había presentado una queja contra uno de los espectaculos de Les Luthiers. Les acusaba de racistas. Se refería a aquel momento en el que los maestros argentinos contaban la historia de Obongo (no recuerdo el nombre, pero sonaba parecido)...
"Obongo tenía una hermosa piel negra, tan oscura que en su tribu era conocido como el negro".
Me temo que el sentido del humor también terminará por ceder a la dictadura del pensamiento aséptico. Oremos a ese Dios desconocido para que no ocurra.
Cuídate, Emilio.
Y tú, dilecto amigo.
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