12.10.07

Borgiana (again) (again)


1
Lo dije ayer: he vuelto a Borges. Hoy me he despachado La casa de Asterión y Emma Zunz, en prosa. He visitado las calles del Golem. Por el puro placer del regreso. Por apetencia. Por adicción. Por un momento - ha sido un acceso de sentimentalidad - he recordado cuando una amiga me dijo que Borges había muerto. Hoy no lo he lamentado como entonces. Será que me voy haciendo mayor y voy entendiendo qué lugar ocupan los muertos y cómo es posible contar con ellos, aunque no estén. Hay vivos que ocupan un lugar físico y preciso y nunca contribuyen a nada relevante. No volvemos a ellos porque nunca han estado.
2
En otro orden de cosas: hoy, que es el día de la hispanidad, de lo español y de la patria como un gesto (Rajoy dixit) yo me siento borgiano y ahí deposito todas mis ansias patrióticas. En la literatura. En la palabra. Que otros ondeen sus oriflamas. La mía es el aleph.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Borgiano no, Jorge Luis y yo no nos llevamos demasiado bien, pero sí Capotiano, y Austeniano, y Shakespiriano... Español también. Eso dice mi DNI. Es mi cultura y mi casa, y es por ello por lo que tengo derecho a ensuciarla (metáfora burda, que criticarla no es mancharla) ya que soy yo quien después limpiará el estropicio. No necesito banderas ni letras de himnoos para saber lo que soy y de dónde vengo.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Mi dni también lo proclama, y no tengo especial resistencia a esa ligazón, pero Borges es - ami modo - una casa. Lo es la literatura, que es lo que venía a decir, el aleph como ontología. España es mañana Dinamarca y el fútbol televisado. De no haber rango de evento televisado España quedaría reducida a otra cosa. Los símbolos, Alex, son lo que nos han colocado en el torrente sanguíneo. Lo llenan todo. Lo empapan todo. El símbolo España es formidable, pero hartan - en estos días - los que se agarran al barco de la enseña para arreglar sus desperfectos o no enmendar los ajenos. Yo soy capotiano, sí. Menos austeniano. Shakespeare no me llena como para sentirlo una casa, uso otra vez el recurso. Soy cortaziano. Soy poeiano, suena mal, pero lo soy. En fin, hoy - día de la Hispanidad - soy el patriota de la lengua española. Eso reivindico. Borges la uso maravillosamente: y no entro - no hay que entrar - en su historia pro-fascios ni en su contada antipatía hacia lo que no fuese libresco. él no se lo perdía. Yo he ganado en sus libros. Un abrazo, my friend.

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