27.9.08

Queen + Paul Rodgers:The cosmos rocks




En The cosmos rocks, el último disco de Queen + Paul Rodgers, hay temas en los que Freddie Mercury estaría a gusto, retazos de la banda que en los setenta hiciera algunos discos memorables (A night at the opera, A day at the races, News of the world, Jazz) y que condujera al rock a una especie de delirio mediático del que ya nunca se han desprendido, y eso que en los ochenta y hasta el fallecimiento de su carismático líder la banda facturó discos mediocres (The works, A kind of magic) o incluso declaradamente malos (The miracle, el póstumo Made in heaven).
En el trayecto que va de la gloria a lo que no lo es hicieron algunas canciones antológicas (Bohemian Rhapsody, Love of my life, We are the champions, Don't stop me now, Killer Queen, Somebody to love...) y establecieron un modo de gestionar el espectáculo puramente pirotécnico (conciertos, giras, márketing) al que tal vez únicamente han sabido responder los mejores Rolling Stones o, recientemente, U2 o grupos escindidos de la apoteosis sinfónica de los setenta y ahora remozados en bandas de éxito, aunque lamentablemente anquilosadas en el vibrante pasado (Genesis, Pink Floyd).
May y Taylor, los fundadores de Queen, quienes reclutaron a Deacon y Mercury, no han querido o no han sabido renunciar al sello de la casa, al sonido reconocible. A diferencia de Genesis, que no consiguió encontrar un vocalista a la altura del fugado Phil Collins y falló con el estrepitoso Calling all stations, Queen ha hurgado en el vasto panorama del rock de los setenta (dónde si no) y ha encontrando a Paul Rodgers (Bad Company, Free) una voz suntuosa, un eficaz cantante que en ningún momento emula a Mercury (labor imposible) sino que abre una etapa nueva en la banda. En estas tesituras The cosmos rocks no defrauda: posee la suficiente calidad como para ser un disco grande que (a buen seguro) no aportará nada a los nuevos caminos por los que en este siglo XXI discurre el rock, pero que cumple (con creces) y abandona sin trauma el glamour antiguo, ese aureola de banda mítica para ingresar en un capítulo más modesto. Lejos del revivalismo, de la fácil postura de hacer giras mastodónticas durante años (que a buen seguro se llenarían y de la que venderían muchos discos) la banda ha hecho un disco nuevo. 14 temas de variada enjundia. Ninguno deplorable. Ninguno que aturda por bueno. Hay excelentes guiños al pasado (Call me, C-lebrity) y lecturas clásicas que no buscan la autoreferencia sino el patrón del rock and roll. En ese territorio, May, Taylor y Rodgers son maestros. No en balde llevan casi cuarenta años practicándolo.
May y Taylor no tienen a estas alturas nada que demostrar. The show must go on...
p.d.: Inevitablemente convertido en materia orgánica de mi memoria sentimental (todos tenemos una: yo a veces creo tener varias) pienso en el concierto de Queen de la gira A kind of magic (1.985). La vi en Marbella en una edad perfecta para convertir la música en una especie de militancia de la que todavía hoy no me he desprendido. Recuerdo muy nítidamente la apertura épica de One vision y el momento en que los Deacon, Taylor, May y Mercury abandonaban el escenario para que el playback restituyera la parte operativa de la monumenal, inconmensurable y orgiástica Bohemian Rhapsody. No hay nostalgia: es la conciencia de haber vivido ese momento y tenerlo a mano, en cualquier momento.



9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, compañero, te ciega el amor. Queen es Queen. Paul Rodgers ha llegado tarde. Hay cosas que deberían dejarse como estaban. Ni siquiera la última parte de la banda fue gloriosa. Los discos A night at the opera o A day at the race o las canciones inmortales. Queen live forever, compañero, forever!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mycroft dijo...

Jazz es horrible. The Miracle y Made in Heaven creo que son mis discos favoritos de Queen.
Ahora no vienen a cuento. Que se llamen Taylor, rogers y May.
Como los doors no son Doors sin el finado...
CSNY son mas honestos. Cuando falta Young, son CSN.

Isabel Huete dijo...

Queen me ha gustado siempre, casi todo. Pero jamás habría podido hablar de ellos con el conocimiento que lo haces tú, así que agradezco esta pequeña, o grande, lección musical aunque tú no hayas pretendido darla.
Un besote.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Mycroft, Jazz no es horrible, hombre. The miracle, sí. ¿A dónde vamos, de dónde venimos? A ningún lado razonable. Es lo que tiene el negocio sentimental éste de la música. No obstante, coincidimos en A night at the opera, disco capital en mi formación, humana casi. ¿Humana, Queen, Rapsodia? Es mi canción, el emblema, el símbolo. Perdón por el exceso de romanticismo. Un abrazo, amigo.


Isabel.
Queen es mi grupo. Hay otros que me gustan más, es posible, pero Queen es el que está más cerca de mi yo apetente, de mi yo lírico (me estoy yendo del camino), de mi yo aprendiz de músicas. El tiempo no me ha borrado la sonrisa cuando escucho a Queen. Son muchos recuerdos. Inevitablemente muchos. Escribo desde la pasión. No hay lección musical. Gracias (siempre) por entrar en mi casa virtual...

Emilio Calvo de Mora dijo...

Rafa, me olvidaba de ti, qué entusiasmo, hombre. Queen ya no es Queen. Se podían haber llamado de otra manera. Han mantenido el tipo nominal (queen) y han añadido un nombre. Marketing, claro. Vender, que es el fondo, uno de los fondos. Si se llaman The Rockets of Soul, pongo por caso, venden menos. Tendrían que haber explicado demasiado. Con el logo Queen, camino hecho.

Anónimo dijo...

Confirmo lo escrito por Mycroft. Es decir, Jazz es horrible, literalmente. Se salva Don't stop me now, de acuerdo. Yo también he visto a Queen. En Milán, hace muchos años, demasiados. Guardo recuerdos perfectos, de esos que no borramos nunca, nunca, nunca. Como algo demasiado personal. Sin Freddy, Queen murió. Esto que ahora han hecho es un pastelazo rockanrolero. He oído el album, claro. Y no está mal del todo, pero mis Queen, ay mis Queen, where are they ?... Saludos y enhorabuena por la página....
Felipe Miravalles

Emilio Calvo de Mora dijo...

No me rindo, Felipe. Jazz me gusta mucho. Fue un tiempo en el que estaba yo recién desembarcado en Queen, y le perdono casi todo. Me gustaba (y mucho) hasta la historia en vinilo, las fat bottomed girls en esas bicis, sin otra ropa que la sonrisa. Qué tiempos.

Anónimo dijo...

solo una persona chanta puede decir que el "made in heaven" o "the miracle" son discos "declaradamente malos". hay que ser bastante ignorante para decir eso....pero bueno...que más se puede esperar....

soy fanático de queen...pero esa no es la causa de mis palabras...

el problema aquí es la incompetencia para hablar de música y la soberbia de decidir que disco es bueno y que disco es malo....y en este artículo eso no se esconde tras palabras rebuscadas o una buena redacción...que lástima jajajaj

Emilio Calvo de Mora dijo...

Claro que uno puede opinar sobre qué discos son buenos y cuáles no. Tú acabas de exponer que, en tu opinión, esos dos discos son buenos. Y no lo discuto. A mí me gustan cosas que pueden encantar a otros. O viceversa. En mi opinión, siempre ahí, y siendo otros discos tan buenos, The miracle y Made in heaven son malos. Lo sigo diciendo. Con conocimiento. Con la pasión que me da haber crecido (tengo los años suficientes) con A night at the opera, A day at the races, Sheer heart attack o Live Killers. Puede que sea incompetente. Es más, admito serlo. Pero es mi incompetencia. Al menos la expreso. Lo de la soberbia no acabo de entenderlo del todo. Gracias por elogiar mi redacción y mis palabras rebuscadas. No pretendían serlo. Escribo así. No tengo ni idea de cómo hacerlo de otra manera.

De todas maneras, Willy, me parece muy bien y me alegra (en el fondo) que en lugar de no expresarte lo hayas hecho y lo hayas hecho en un comentario que cualquiera puede leer. Yo incluído. Espero que vuelvas a mi página. Discrepemos o no. Un abrazo.

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