14.9.08

Gángsters, fiambres y hamburguesas holandesas


K. me recordó a Vincent Vega. El gorila lánguido y colocado de Marcellus Wallace merece tratamiento propio. A ver si Quentin, consciente de que va quemando argumentos y de que la ceniza de los fotogramas escribe V-I-N-C-E-N-T en el suelo, abre la caja de pandora de su perturbado cerebro y manuscribe el guión sobre los tres años de Vega en Amsterdam. O cómo se hizo mafioso. A mí me gusta más decir gángster. Había una canción de Johnny Guitar Watson que hablaba de todo esto: gángster del amor, tipos que sacrifican los principios morales que nuestro Señor Jesucristo proclamó en los evangelios por el amor de una mujer, aunque ese tránsito deje un rastro infame de fiambres. También me gusta muchísimo esa palabra: fiambre. Y Vega, a falta de dar la talla de galán con más reciedumbre, ofrece ternura cuando mira a la mujer de su jefe. La contempla con arrobo adolescente. Secretamente la ama y, como dice frente al espejo del cuarto de baño, mejor irse a casa y entregarse al onanismo que faltarle a Wallace con su hermosa mujercita. Respeto.
A falta de una precuela de Pulp Fiction en la que nos cuenten la adolescencia lisérgica de Vincent Vega o una resurrección de Travolta (qué bueno puede ser) en un film de estos mimbres, me programo esta noche (otra vez) la película original y flipo con Mia y con las guitarras surferas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo por Tony Manero merece altar en la historia del cine. Quentin Tarantino lo recuperó para la taquilla, aunque está pirado con las cienciologías y no atina, el hombre, en taquillazos... De todas formas, viva tony manero!!!!!!!!!!!
buen blog.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Más que de Tony Manera, soy de Vincent VEga, pero admito el ejemplo. Saturday night fever nunca me atrajo. Ni su música. Tarantino lo recuperó, por supuesto. Y luego se malogra película a película. Nos quedan nuestros mitos. Esos no se desfiguran por los desvaríos de sus autores. Saludos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Más que de Tony Manera, soy de Vincent VEga, pero admito el ejemplo. Saturday night fever nunca me atrajo. Ni su música. Tarantino lo recuperó, por supuesto. Y luego se malogra película a película. Nos quedan nuestros mitos. Esos no se desfiguran por los desvaríos de sus autores. Saludos.

Isabel Huete dijo...

La verdad es que es una pena la deriva de Tarantino. De ser un realizador digno de admiración por romper muchos moldes cinematográficos, ha pasado a ser una parodia de sí mismo, lo que proyecta en sus personajes.
Travolta, sin embargo, ha hecho el recorrido contrario.
Besotes.

Mycroft dijo...

¿Deriva?
Pulp Fiction es muy grande, pero que remedio le queda a alguien que cuando intenta asentarse como nuevo clasico (la grandiosa Jackie Brown) se lo cargan.
Pues ser aun mas gamberro, rompedor, perro verde, violento, divertido...
¿No es cine grande? Yo creo que los killbills lo son.
Death Proof es serie b. Y aún a medio gas se come a toditos los competidores.
Pulp Fiction solo hay uno, ese es su encanto, como Kane solo hay uno.

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