Tenía que haber sido hoy. Causas mayores, sin duda. Mañana comulgo con la imaginación, con mi infancia, con el cine como lo inventaron.
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2 comentarios:
Supongo, Emilio, que ya habrás comulgado. Yo lo hice ayer. Y la verdad es que a uno ya las religiones le pillan escéptico, y no se hace uno a homenajes nostálgicos como éste que Spielberg nos regala a las generaciones que, como afirmas, nos criamos creyendo que el cine era o en blanco y negro o hecho por Spielberg.
Esta entrega emotiva se me hace entretenida, pero pierde fuerza cuando sale uno del cine, recordando que por mucho que vea una y otra vez "En busca del arca perdida", la experiencia es única e igual de disfrutable. No podría decir lo mismo en este caso.
Quizá sea eso, y sólo haya servido para amar aún más el referente del que se alimenta que la sombra que lo evoca.
Dejé mi aportación en OjO de buey. Léela y debatimos. Leeré la tuya cuando la publiques.
Saludos y más veces.
Cae mañana. Será un momento mágico, no lo dudo. Me importa hasta poco que me llene lo justo. Importa ir, tener de nuevo la certeza de que la historia de Indiana, una, va a llenar dos horas de pantalla. Viendo lo que hay y habiendo uno visto toda la basura mainstream que ha visto se disfruta más de estos pastelitos de nata envueltos en papel carísimo. Me lo como, aunque luego me duela la tripa. Mañana cae, digo. Ya hablamos, my friend.
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