9.11.24

Las plegarias de los pirómanos





 Ayer tarde  Eloy Tizón en La República de las Letras de Córdoba nos habló de Plegaria para pirómanos y uno agradece que lo que escuchó fuese una continuación del libro que leyó y que todavía respire en mi cabeza. Hay libros que adquieren esa permanencia tangible y algunos de esos el prodigio de que parezca que acaban de ser leídos. Pueden los libros exponerse a que se los desmonten y armarlos tan ricamente después. Así son, ese atributo poseen, el de ser abiertos y vueltos a cerrar y probarse en ese escrutinio feliz de lo que dicen. Plegaria para pirómanos es dócil, es cercano, es de los libros que agradecen que se les hurgue. Es promiscuo para el lector encendido. Hubo llamitas pequeñas en el modo en que Eloy Tizón rubricó su firma en los ejemplares que firmó. El incendio de las letras en su república, el festejo sencillo de la palabra. 


No hay comentarios:

La gris línea recta

  Igual que hay únicamente paisajes de los que advertimos su belleza en una película o ciudades que nos hechizan cuando nos las cuentan otro...