A veces uno tiene en sus amigos la parte de sí que nunca acaba por conocer. Saben de nosotros lo que ni nosotros sabemos. Algunos, más que amigos, son hermanos. Ni los que lo son por la parte sanguínea, tan cercanos, alcanzan en ocasiones la intimidad que ellos arriman. Tal vez vengamos a este mundo para buscarlos o para que nos busquen. El amor es el género que más literatura ha propiciado, pero la amistad rivaliza con él sin que se aprecie merma en la lid. Bendita competencia. A los que nos conocen de verdad les agradecemos esa generosidad. Uno sabe también de ellos, los sabe cerca, los sabe dentro. Hoy hablé con uno y no sentí que hiciera mucho tiempo que lo desatendí. También él a mí. La distancia es un impedimento, tantas cosas lo son. Hemos quedado en prodigarnos más, en no dar ocasión a que el tiempo crea que nos ha separado. Y el día se ha ennoblecido.
16.12.23
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los fastos
Uno no sabe nunca a qué atenerse, ni tal vez convenga posicionarse siempre, dar con el lugar que nos pertenece y actuar desde ahí en conse...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
No hay comentarios:
Publicar un comentario